sábado, 21 de junio de 2025

EL INTERROGATORIO DEL HOMBRE DE MUCHOS CORAZONES


¿Quién es ella,
esa que está en tus brazos?


Es aquella a la que llevé mis huesos 
y construí una casa que era sólo una chocita 
y construí una vida que era más de una hora 
y construí un castillo en el que nadie vive 
y construí, al final, una canción 
para acompañar la ceremonia.


¿Por qué la has traído aquí?
¿Por qué llamas a mi puerta 
con pequeñas historias y canciones?


Me había unido a ella como un hombre 
se une a una mujer y aún así no había lugar 
para fiestas o formalidades 
y esas cosas son importantes para una mujer 
y, ya ves, vivimos en un clima frío 
y no está permitido besarse en la calle, 
por eso hice una canción que no era verdad. 
Hice una canción llamada esponsales.


¿Tú vienes a mi del matrimonio 
y das un pisotón en mi entrada 
y me pides un juicio sobre tales cosas?


Nunca. Nunca. No es mi esposa verdadera.
Es mi bruja verdadera, mi bieldo, mi yegua, 
mi madre dolorosa, mi falda llena de infierno, 
el sello de mis penas, el sello de mis contusiones 
y también los niños que pudiera parir 
y también un lugar privado, un cuerpo de huesos 
al que compraría francamente si lo pudiera comprar, 
que yo desposaría si pudiera desposarme.


¿ Y voy a atormentarte por eso?
Cada hombre tiene un pequeño destino adjudicado 
y el tuyo es uno apasionado.


Pero yo estoy atormentado. No tenemos sitio.
La chocita que compartimos es casi una prisión 
donde no puedo decir ranúnculo, cariñito, 
dulce patito, calabacita, cinta de amor, medallón, 
tú, corazón mío, niña de verano, chica alegre y todas 
esas cosas sin sentido que se dicen en la cama.
Decir me he acostado con ella no es bastante.
No sólo me la he encamado.
La he atado con un nudo.



¿Por qué te metes entonces los puños 
en tus bolsillos? ¿Por qué arrastras 
los pies como un escolar?


Hace años que ato ese nudo en mis sueños.
He pasado por una puerta en mis sueños 
y ella estaba siempre allí en el delantal de mi madre. 
Una vez se metió por una ventana con la forma 
del ojo de una cerradura y llevaba los pantalones 
de pana rosa de mi hija y cada vez yo ataba a esas 
   mujeres
con un nudo. Una vez vino una reina. La até también. 
Pero esto es algo que he atado realmente 
y ahora la he asegurado.
Canté para que saliera. La atrapé.
Acabé con ella con una canción.
No había otro apartamento para eso.
No había otro cuarto para eso.
Sólo el nudo. El nudo encamado.
Por eso he puesto mis manos sobre ella, 
y he llamado a sus ojos y a su boca 
míos y también a su lengua.


¿Por qué exiges de mí que tome decisiones?
Yo no soy ni juez ni sicóloga.
Tú posees tu nudo encamado.


Y sin embargo tengo horas verdaderas del día y de la 
   noche
con niños y balcón y una buena mujer.
Por eso he anudado esos otros nudos, 
pero en ellos mejor no pensaría, 
cuando te hablo de ella. Ahora no.
Si ella fuera una habitación para alquilar — yo pagaría. 
Si ella fuera una vida que salvar, la salvaría.
Tal vez soy un hombre de muchos corazones.


¿ Un hombre de muchos corazones?
¿Por qué tiemblas tú en mi portal?
Un hombre de muchos corazones no me necesita.


Estoy teñido de ella hasta el fondo.
He dejado que me sorprendas con las manos en la masa, 
me sorprendas con mi loco avenate en una hora loca 
para mi yegua, mi paloma, mi propio cuerpo limpio. 
Tal vez cree la gente que tengo serpientes en mis botas, 
pero te digo que por una vez estoy en los estribos, 
sólo una vez, esta vez, en la carrera por la copa.
El amor de la mujer está en la canción.
La llamé la mujer de rojo.
La llamé la muchacha en rosa, 
pero ella era diez colores


Y sin embargo tengo horas verdaderas del día y de la 
   noche
con niños y balcón y una buena mujer.
Por eso he anudado esos otros nudos, 
pero en ellos mejor no pensaría, 
cuando te hablo de ella. Ahora no.
Si ella fuera una habitación para alquilar — yo pagaría. 
Si ella fuera una vida que salvar, la salvaría.
Tal vez soy un hombre de muchos corazones.


¿ Un hombre de muchos corazones?
¿Por qué tiemblas tú en mi portal?
Un hombre de muchos corazones no me necesita.


Estoy teñido de ella hasta el fondo.
He dejado que me sorprendas con las manos en la masa, 
me sorprendas con mi loco avenate en una hora loca 
para mi yegua, mi paloma, mi propio cuerpo limpio. 
Tal vez cree la gente que tengo serpientes en mis botas, 
pero te digo que por una vez estoy en los estribos, 
sólo una vez, esta vez, en la carrera por la copa.
El amor de la mujer está en la canción.
La llamé la mujer de rojo.
La llamé la muchacha en rosa, 
pero ella era diez colores
y diez mujeres.
Apenas pude nombrarla.



Yo sé quién es ella.
Tú la has nombrado bastante.



Tal vez no debí expresarlo con palabras, 
francamente, pienso que estoy peor por esos besos, 
borracho como una cuba, fuera de quicio, 
y decidido a atarla para siempre.
Ves, la canción es la vida, 
la vida que no puedo vivir.
Dios, al pasar,
pronuncia a la monogamia como jerigonza.
Yo quería inscribirla en la ley.
Pero, ya sabes, para eso no hay ley.


¡Hombre de muchos corazones, tú eres tonto!
El trébol ha echado espinas este año 
y ha impedido al ganado su fruto 
y las piedras del río
han chupado ojos humanos hasta secarlos, 
estación tras estación, 
y cada cama ha sido condenada, 
no por la moral ni por la ley 
sino por el tiempo.


(Del Libro "Poesía completa", 
Linteo, 2013)

Anne Sexton (E.E.U.U.,  Massachusetts en 1928 -1974)


(Traducción: José Luis Reina Palazón)




THE INTERROGATION OF THE MAN OF MANY HEARTS /// Who's she, / that one in your arms? // She’s the one I carried my bones to / and built a house that was just a cot / and built a life that was over an hour / and built a castle where no one lives / and built, in the end, a song / to go with the ceremony. // Why have you brought her here? / Why do you knock on my door / with your tittle stones and songs? //I had joined her the way a man joins / a woman and yet there was no place / for festivities or formalities / and these things matter to a woman / and, you see, we live in a cold climate / and are not permitted to kiss on the street / so I made up a song that wasn’t true. / I made up a song called Marriage. //

YOU come to me out of wedlock / and kickyourfoot on my stoop / and ask me to measure such things? // Never. Never. Not my real wife. / She’s my real watch, my fork, my mare, / my mother of tears, my skirtful of hell, / the stamp of my sorrows, the stamp of my bruises / and also die children she might bear / and also a private place, a body of bones / that I would honesdy buy, if I could buy, / that I would marry, if I could marry. // And should I torment you for thatI / Hack man has a smallfate allotted to him / and jours is a passionate one. // But I am in torment. We have no place. / The cot we share is almost a prison / where I can’t say buttercup, bobolink, / sugarduck, pumpkin, love ribbon, locket, / valendne, summergirl, funnygirl and all / those nonsense things one says in bed. / To say I have bedded with her is not enough. / I have not only bedded her down. / I have tied her down with a knot. //

Then why do you stick your fists / into your pockets? Why do you shuffle /jour feet like a schoolboy? / / For years I have tied this knot in my dreams. / I have walked through a door in my dreams / and she was standing there in my mother’s apron. / Once she crawled through a window that was shaped / like a keyhole and she was wearing my daughter’s / pink corduroys and each time I tied these women / in a knot. Once a queen came. I tied her too. / But this is something l have actually tied / and now I have made her fast. / I sang her out. I caught her down. / I stamped her out with a song. / There was no other apartment for it. / There was no other chamber for it. / Only the knot. The bedded-down knot. / Thus I have laid my hands upon her / and have called her eyes and her mouth / as mine, and also her tongue. // Why do you ask me to make choices? / / I am not ajudge or a psychologist. / You own your bedded-down knot. / /

And yet I have real daytimes and nighttimes / with children and balconies and a good wife. / Thus I have tied these other knots, / yet I would rather not think of them / when I speak to you of her. Not now. / If she were a room to rent I would pay. / If she were a life to save I would save. / Maybe I am a man of many hearts. II A man of many hearts? / Why then do you tremble at my doorway? / A man of many hearts does not need me. //I’m caught deep in the dye of her. / I have allowed you to catch me red-handed, / catch me with my wild oats in a wild clock / for my mare, my dove and my own clean body. / People might say I have snakes in my boots / but I tell you that just once am I in the stirrups, / just once, this once, in the cup. / The love of the woman is in the song. / I called her the woman in red. / I called her the girl in pink / but she was ten colors /

and ten women. / I could hardly name her. // I know who she is. / You have named her enough. / / Maybe I shouldn’t have put it in words. / Frankly, I think I’m worse for this kissing, / drunk as a piper, kicking the traces / and determined to tie her up forever. / You see the song is the life, / the life I can’t live. / God, even as he passes, / hands down monogamy like slang. / I wanted to write her into the law. / But, you know, there is no law for this. / / Man of many hearts, you are a fool! / The clover has grown thorns this year / and robbed the cattle of their fruit / and the stones of the river / have sucked men s eyes dry, / season after season, / and every bed has been condemned, / not by morality or law, / but by time.

Pueden LEER biografía y más poemas en entradas anteriores.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraordinario!!!
Gracias Marcelo Leites!!!

Silvia cecilia Pastega dijo...

Extraordinario!!@!!!

Marcelo dijo...

Gracias por comentar, Silvia.