¿Qué es lo anterior al lenguaje que me abandona en un silencio tal que las palabras son estelas borradas, incomprensibles?
Sentí el esplendor y la muerte en el mismo instante. Era el atormentado en vos. Me vi en tus ojos inmóviles, fijos de desierto, te vi calcinar la tarde y contar en abalorios de cristal mi rostro.
Ebrio hablándote del fulgor, pidiéndote que leas mi novela en voz alta, que la leas con tu carnalidad, con mi fiebre lo que llevabas escrito en el pecho, y yo no lo sabía hasta que te escuché, en mis propias pulsaciones y no querer más que acariciarte amor para siempre.
Un dolor me recorría todo el cuerpo. Un dolor tan vasto, un amor tan vasto. Todas las imágenes confusas. Puñales hasta no poder respirar. Estabas ahí mirándome, ningún amparo para que haga lo que quisiera de tu alma.
Caí en el colchón como un faquir. Te acostaste a mi lado.
Me dijiste mientras amanecía.
-Soñé con el olvido. Estabas fundiéndote en mi espalda. Anoche fui casa y tumba al mismo tiempo.
Escuché que te levantaste. Murmurabas mi nombre. Arrastraste tu maleta hasta la puerta y desde allí, lo insostenible. No debías regresar. Pero lo harás. Por años vendrás a esta puerta, la traspasarás a pesar de mí.
La amaba en lo más profundo de mi desesperación como si ése fuera el lugar exacto para verla.
Temía su belleza, la belleza de la que gozan los que asilan el mar en sus ojos, la claridad de su hálito cuando arremete mi corazón enfermo y lo sana el silencio de esa mujer que hace un jardín y se va.
Amo a otra mujer, desde hace tiempo. Ella es para mí.
Te lo dije antes, y me da un poco de miedo volver a contártelo por tu extrema sensibilidad.
Sé que prefieres no escucharme.
Pero tengo necesidad de la verdad.
Te hablo y mi lengua se desdibuja en tu corazón ébano. Puedo escuchar su latido igualmente ébano. Estás quietita. No quiero lastimarte. Adivino por dónde estás. No es igual ni parecido yo te adoro. Hemos vivido parte de nuestra vida para encontrarnos y aquí estamos.
Si acaso pudiera partir el mundo en dos y tenerte allí para siempre.
«Parte el mundo en dos y yo estaré allí para siempre. »En espejo me escuché apoyada sobre tus piernas, ver las flores del campo santo que cuando las mueve el viento parecen que están llorando. Astillas de fuego en mi estómago, tuve la claridad, oh dios, vi en tus ojos anteriores y me prometí inocencia. Me acariciabas los cabellos.»
Li Ch'ing Chao en su barca de orquídeas viene a buscarme. Esa poeta de China, en canto perfecto traza los caminos del agua. He soñado que mi barca de flores me llevaba hasta él.
¿Dónde está mi alma, su hálito?
¿Quizás en estos dedos pálidos
que se vuelven aire en el aire?
¿Dónde el pájaro que canta cuando aún el alba
no?
¿Dónde para que la luz sea cierta?
¿Árida rosa temporal por qué eres polvo?
¿Es tu alma lo que toco, mi alma?
¿Ansían tus pétalos tenue roce?
Y el polvo de ti, rosa
Acaso niebla
o seda del instante
¿Aire del aire en estos dedos
pálidos?
¿Dónde está la planicie que me llevará de regreso, por fin de regreso al cuerpo del amor, y quedarme allí, viaje inmóvil desde la orilla, a la oscilación en súbita brisa, hasta la morada donde quedarme soplo de viento?
Li Ch'ing Chao no alcanzo a distinguir en esta inmensidad de estrellas negras, los relámpagos, sus dibujos en el cielo.
¿Es la pena? ¿Adonde hemos llegado Li Ching Chao?
-Nada puede hacerla esfumarse / y desaparecer. En un momento, la sientes /en las cejas. En el siguiente, /se vuelve un peso atroz en el corazón.
(Del libro homónimo,
Último Reino, 2008)
Adriana Arédez
Adriana Arédez nació en San Miguel de Tucumán en 1961. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Tucumán. Ejerce como docente en la provincia de Neuqucn. Coordina Talleres de Lectura y Escritura en la ciudad de Cutral Có y en Mar de Cobos y Santa Clara del Mar. Es autora de obras de teatro: "Memo-riabilis" y "Vestirse para el paraíso",estrenadas en la ciudad de Neuquén.
Participa como actriz amateur en el grupo de teatro independiente Ojo-sauro.
La piel del agua fue su primer libro. Publicó en la Antología de Poetas Neuquinos: Insurgentes. Arco del vidente es su segundo libro.

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