I
/ en otro
amanecer.
Afuera pasta una ilusión que no
ha dormido.
Es pasto el pensamiento de la
especie.
Tu amor duró una noche y se
ausentó en la luna.
No quiero reescribir esta
historia mil veces.
No quiero tu cansancio entre las
flores.
Este es el primer poema,
el que traza el error de la
existencia.
Hay algo que se escribe tierra
adentro.
Lo que habitó en tus ojos. Ya no
quiero llorar
me basta con tus manos. Tus
caricias.
Es tu acento otoñal el que
devuelve el fuego.
Tus ganas de dormir sobre la
geografía del acento.
Madre devuélveme la luz, estoy
herido.
Ya no sé cómo hacer para dormir
en tu misterio.
III
Cuando te fuiste de verdad,
cuando cerraste la puerta
no pude comprenderlo.
Era la primavera más triste de mi
vida.
No pude darte amor.
No pude hacerlo.
La pena se inmoló con el abismo
y el abismo fue sueño verdadero.
Dios no sabe del viento pero
guarda tu imagen.
VI
Quítame este dolor que me
acompaña, llévame al cielo.
No me dejes caer sin avisar
porque peor que la muerte es el
olvido.
Buscaba tus palabras mi Dios pero
no las oía,
/ solo fingía
escucharte.
Dame de tus palabras el claro
amanecer de las gaviotas.
No quiero despedirme entre tus
ojos.
VII
El día que llegaste todo fue
algarabía
un antiguo rumor cruzaba el
cielo.
El otoño bordaba tu silencio
y cada estrella daba su
veredicto.
Señor quiero decirte ahora que he
sido una mentira.
Un paquete con años
que los años borraron.
XII
Indagar entre escombros. Dejar
caer la luz.
Indagar entre fuego y caída.
Dar cuenta de los días.
Nadie sabe del todo a dónde
vamos.
Dónde se oculta el cielo y el
final.
El infierno y el paraíso están
acá, adentro.
Dejar caer la luz. Dar el silencio.
XIV
Dejar caer los hombros sobre el
polvo.
Buscar los días en los días
perdidos.
Morir sin la razón de los que
mueren.
Dar el centro del fruto como el
árbol.
Salir simplemente salir,
atravesar las calles.
Desmerecer la idea. Describir
otra imagen.
Lo que se lleva el fuego.
Morir es una calle.
XV
El sueño verdadero el que traza
una línea
Y se deja llevar inútilmente, el
que maldice el horizonte
Y lo reclama para salir de vos,
para encontrarte.
Te pido que me llames esta noche.
Que me des tu señal aunque sea
tarde.
Necesito de vos. No sé cómo
decirlo.
Quiero morir el día. Quiero
nombrar la noche.

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