En el altar del sol dejé
mi corazón de piedra,
tallado a pura vida
allá en lo alto
a sal y canto
como una ofrenda ancestral
que es plegaria:
Que el corazón de carne sepa
seguir el camino
se acelere la sangre
busque el aire
nubecita vuele
que el cuerpo se le anime
que el fuego sea
su última morada.
(Del Libro: Memoria de la piedra,
inédito)
Gisela Galimi (Argentina, Lobos, Pcia. de Buenos Aires, 1968)inédito)
No hay comentarios:
Publicar un comentario