Todo lo que se escapa de la noche se convierte en recuerdo. Alguna vez
un poeta la amó perdidamente como se aman los barcos con el río,
como talla la ausencia cuerpos en soledad.
Había que habitar la ilusión en lo breve. Para abrirse al silencio
es bueno que las manos sostengan el vacío.
Un verso que distinga el color de la sombra.
(La inocencia y el viento, 2014)
Martín Carlomagno (Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina, 1978)
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