Pero pide que tu camino sea largo.
KONSTANTINO KAVAFIS
-Qué rápido llegamos al fin del camino-
Y ni siquiera la muerte es trágica, sólo una triste fotografía
que nos fija en su silencio, y donde
nuestras más profundas vacilaciones
son como antiguas pinturas en una cueva, que el aire de la vida
va borrando como cualquier cosa visible
dispuesta a ser asimilada: la luz sobre la hoja del jazmín,
los cabellos de mi madre transformados en raíces
sin ningún sitio a donde ir. Un punto fijo
entre las nubes que se hacen y deshacen en el horizonte.
-Qué rápido llegamos al fin del camino-
Lo que un día nos gustó deja de pronto de atraemos,
lo que abrazamos una vez ya no nos contiene.
Y nuestros cuerpos se han convertido
en indescifrables paisajes detenidos.
Donde lo que ocurrió ni tan siquiera existe:
y cuán evanescente es el trabajo realizado.
-El tiempo todo lo quiere para nada.-
Aun así, dibujamos huellas inciertas más allá de las palabras,
evidenciando lo que termina con miras a un efecto:
“Se escribe sólo para volver a borrar lo escrito”.
Héctor Freire (Buenos Aires, Argentina, 1953)
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