sábado, 27 de junio de 2020

FUERA DE JUEGO











UNO- La que pone la mesa

I

Hay en cada cosa
un aire
de la infancia
apretado
consumido
condensado
que no alcanza.


II

Sobre la cabeza
sujetando una cola de caballo
esa hebillita de carey negro
refleja a la que era
cruzando la puerta
de un café
sobre la mesa
un par de guantes negros
quién si no ella.


VI

Cose un pajarito una hebra
arma su nido
desde mi mesa de escribir
lo veo
¿podrá mi mano torpe
tejer un nido
colgar un verso
que abrigue?


X

Entre el norte y el sur
mi corazón de pensar elije
cortar el camino
saltar
el cerco
arrimar la silla
al borde mismo
acariciar la soga
pero me acuerdo
que hay ropa para tender
las papas en el fuego
tendría que comprar broches
pagar la boleta de la luz
escribir unos poemitas
llamar a mi amigo
hablar de libros
y hacer de cuenta
que nada ha sucedido.


XIII

Existe un tipo de voz
que nada dice
vacía
sólo ruido
adentro de la voz
la nada
o algo peor.


XVI

Nada se puede repartir
con más facilidad que la miseria
hagamos entonces
lo posible
tiremos frazadas en las calles
platos de sopa en los umbrales
zapatos chuecos
agujereados
en los cordones
sillas desfondadas en las veredas
y si se puede
algún libro de poesía
para creer
que no todo está perdido.



DOS: Las González

V

Busca una boca
para poner en ella la lengua
no es beso lo que espera
es
otra cosa
habla
suave
para no despertar
la fiera
habla
suave
mientras la mano
traza firme
la línea recta
que corta su mirada.


IX

En el sillón del que me revuelve
la cabeza
dejé
una piedra
a propósito
grande
brillaba
pero no la vio
quedó ahí
reflejando una escucha
una palabra
mi corazón de pensar
no se detiene
y nombra despacito
en su latido
al poeta que ya no tiene
desierto
ni flor
que lo acompañe.



TRES: No se salva nadie

IV

Sólo aquella que en su tristeza contó los elementos
sabe que
moviéndose
de a poco
puede sacar su mano afuera
y encontrar
un borde
allí
para quedarse.


VII

Mi perro se parece al perro de Robert Creeley
lo descubrimos con mi amigo poeta Fritz en la foto
de la tapa de su antología.
Hasta allí
llega la semejanza.
Creeley escribía unos poemas magníficos
hablaba del amor que llega quedo
de las viejas maneras de ser hija o mujer o esposa.
Decía la palabra "dulcemente" sin pensar en que las traducciones
cargarían con un adverbio que cambia el clima
 de un verso para siempre
él tenía un perro mejor era más feliz
o comía otros huesos
no sé
yo me siento acá
y escribo
mientras mi perro olisquea
las plantas
y no puedo decir nunca nada que tenga
la consistencia de los restos del azúcar
en el fondo de la taza de café.



(Del libro: Fuera de juego, 2017/2018,
inédito,gentileza de la autora)

Liliana Campazzo



Liliana Campazzo, nació en Buenos Aires, en 1959. Vive en la provincia de Río Negro desde 1976. Docente, de nivel medio, coordinadora de talleres de escritura, talleres de Educación por el Arte, talleres de promoción de la lectura. Durante los años 1989 a1995 fue coordinadora del Plan de Bibliotecas Viajeras de la provincia de Río Negro, realizando todo el recorrido de la Línea Sur con material de lectura y títeres. En el año 2002,2003, dirigió los cursos de capacitación del Plan Jefas y Jefes de Familias en Bibliotecología y Promoción de la Lectura. En el ámbito privado trabaja en los talleres de promoción de la lectura y escritura que lleva a cabo la librería Don Quijote, de Viedma, por el cual recibieron el Premio La Andariega de la Feria Internacional del Libro en 2001. Escribe e investiga sobre la escritura en la región Patagónica. Obras publicadas: Firme como el acaso,1991;  De no poder- Feminaria revista de Creación para Mujeres 1992. Las Mujeres de mi casa-, Chile 1998. Quieta para la foto-Buenos Aires 2003. Las voces de escritoras de la Patagonia- Ensayo, Chiloé 2004- Yuyo Seco, 2006. Artículos sobre Literatura y Arte en revistas de Argentina. También es artista plástica. Poemarios: Escritos en el vidrio, Llanto de mudo, 2007;  A boca de pájaro, Vela al viendo, 2012 y Poemas del aire, un libro Clase B, Vela al Viento, 2017.




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