sábado, 28 de agosto de 2021

EL YO SINGULAR PROPIAMENTE MÍO (1992)


 












Si ahora tú tocaras a mi puerta
y te quitaras los lentes
y yo me quitara los míos que son iguales
y luego entraras dentro de mi boca
sin miedo a besos desiguales
y dijeras: “Pero amor mío,
¿cuál es cuál?”, sería una pieza
de teatro sin igual.

 
Ciertos días, cuando el cielo está más bajo
y voy, pongamos, de compras
al mercado, encuentro el círculo caliente
de la plaza, donde la luz no vuela
sino devota se agazapa en cada objeto
para exhibir su íntimo color.
Círculo amoroso que amalgama el tiempo
y la distancia, una melaza densa
tan parecida a la pasta de mi corazón
que ya no necesito entrar, ya estoy adentro.
 

Como a muchos de mis calcetines
al corazón no lo sujeta ya el elástico,
se afloja y me descubre y tengo frío.
 

Así se te van los años
entre falsos amores
para que no cambie nada,
transformando en pereza
cualquier pavor: en el punto inmóvil
sin distorsiones, entre dos inaccesibles
pasiones, que nada se acerque
de verdad, que nada se vaya.
 

Antes era fácil el pensamiento leve,
botón de clavel
que sólo aspiraba a abrirse vanidoso
y, si no lo hacía, se marchitaba.
Ahora este nuevo pensamiento duro
que no se abre ni decae,
esta mata espinosa siempreviva
que el frío no seca, que el sol
no enciende, que crece por lo bajo
retorciéndose en sí mismo siempre igual
y complicándose no sube, obligado,
tan sólo por haber nacido, a perdurar.
 
(Del libro: “Yo casi siempre duermo”
Antología poética; El Puente, México.
2008)
 
Patrizia Cavalli (Todi, Italia, 1947 )
 
 (Traducción de Fabio Marábito)


L’ IO SINGOLARE PROPRIO MIO
(1992)
 
Se ora tu bussassi alla mia porta
e ti togliessi gli occhiali
e io togliessi i miei che sono uguali
e poi tu entrassi dentro la mia bocca
senza temere baci disuguali
e mi dicessi: “Amore mio,
ma che è successo?”, sarebbe un pezzo
di teatro di successo.
 
Certi giorni quando il cielo s’abbassa
e esco magari per fare la spesa
al mercato io trovo il cerchio caldo
della piazza, dove la luce non vola
ma devota s’acquatta in ogni oggetto
per rivelarne l’intimo colore.
Cerchio amoroso che impasta insieme il tempo
e la distanza, una melassa densa
cosí simile alla pasta del mio cuore
che io neanche entro, sono già dentro.
 
Come alle tante mie calzette
non tiene piú l’elastico al mio cuore,
cede e mi scopre, ho freddo.
 
Cosí trasporti gli anni
tra falsi amori
perché nulla cambi,
riducendo in pigrizia
ogni terrore: nel punto fermo
senza distorsioni, tra due inaccessibili
passioni, che nulla si avvicini
veramente, che nulla se ne vada
 
 
Prima era facile il pensiero lieve
bocciolo di garofano
che ambiva solo a aprirsi vanitoso,
che se restava chiuso poi appassiva.
Ora questo nuovo pensiero duro
che non s’apre e non decade,
questo cespo spinoso sempreverde
che il gelo non secca, che il sole
non accende, che cresce basso basso
attorto su se stesso sempre uguale
e complicandosi non sale, costretto,
soltanto perché è nato, a perdurare.
 
IMAGEN: Fotografía de Andrei Turusov (1991).


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