No quiero morir, no quiero
podrirme en el poema
que el cadáver de mis tardes
no venga a apestar en tu mañana feliz
y la luz
que en tu boca encienda quizá por las palabras
-aun cuando nazca de la muerte-
se sume a
los otros fuegos del día
a los barullos de la casa y la avenida
en el presente veloz
Nada que se parezca
al pájaro disecado momia
de flor
dentro del libro
y lo que de la noche vuelva
se vuelva en llamas
o en llaga
vertiginosamente como el jazmín
que un solo centello
iluimina la ciudad entera.
SUBVERSIVA
La poesía
cuando llega
no respeta nada.
Ni padre ni madre.
Cuando llega
de cualquiera de sus abismos
desconoce al Estado y a la Sociedad Civil
infirnge el Código de Aguas
relincha
como puta
nueva
enfrente del Palacio de la Alvorada (*)
Y solo luego
reconsidera: besa
los ojos de quienes ganan mal
mece en el regazo
a quienes tienen sede de felicidad
y de justicia
Y promete incendiar el país.
(*) Palacio de Gobierno en Brasilia)
(De: "Antología"
Ferreira Gullar , São Luís, Maranhão, Brasil. 1930;Id.-Río de Janeiro,2016)
(Traducción: Harold Alvarado Tenorio)
Pueden LEER la biografía en entrada anterior del autor (N.del A.)
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