EL FIN DE LA AFIRMACIÓN
Timo Berger/Carla Imbrogno (Compiladores)
Hacía rato
que no quedaban más estrellas
Por
ejemplo, a quién, aparte de vos,
a quién se
le ocurriría
plegar
la luna en
este cuarto
y poner
junto a
ella los pies
y encontrar
demasiado solitaria
esa imagen
y por eso,
mejor,
sacar una
foto
de
cualquier
otra cosa.
Monoblocks,
somewhere
Aquí,
justo
detrás de los monoblocks
han puesto
una gran flor artificial.
Como prueba
de que
también un
Estado débil
conoce los
gestos que importan.
Todavía se
podría decir
más sobre
eso:
sobre el
paso del tiempo
cuando
nadie progresa,
sobre la
ternura de un pomelo, por ejemplo
Pero
deberíamos dejarlo
ahí: la
flor
reluce con
colores de fetiche,
el rojo del
horizonte duele.
Y bolsas
vacías,
llevadas
hacia la izquierda, flamean
como
banderas blancas
en el
viento ascendente.
Otra vez
los días se van haciendo más cortos
Así como el
silencio, más largo, aunque no más bello.
Como si,
poco a poco, algo se hubiera terminado.
Algo que no
se le puede pedir al vecino.
Falta algo
importante, y falta que uno se atreva a hacer ruido.
E incluso
con otras palabras esto no sería una canción que
alguien
cantara para ti y contra su propio silencio.
Qué se
podría decir del polvo sobre los párpados
del
despilfarro de la nada, de las costas de la luz
sobre los
techos oscuros. Sentados debajo,
preguntamos
a las tejas por sus junturas y la tormenta
y la
quietud que viene después. Por lo que
está en el
aire. Tenemos que aprender este asunto
de estar
solos. Como se aprende el sol, o
la lluvia,
cuando la luz se refracta en las gotas como
una
esperanza, bajo las alas de los gallos de las veletas.
(del libro homónimo,
Vox, 2015)
Lydia Daher
(Traducción: Mario Caimi)
Plattenbau,
somewhere// Man
hatte hier/ gleich hinter den Plattenbauten/ eine groBe Kunstblume
aufgerichtet./ Wie einen Beweis dafür,/ dass auch ein schwacher Staat/ die
Gesten kennt,/ auf die es ankommt./ Man könnte noch/ mehr dazu sagen:/ über den
Lauf der Zeit,/ wenn keiner vorankommt,/ über die Zärtlichkeit/ einer Grapefruit
zum Beispiel./ Doch wir sollten es dabei/ belassen: Die Blume/ leuchtet
fetischfarben,/ das Rot am Horizont tut weh./ Und leere Taschen,/ auf links
gezogen, flattem/ ais weifte Fahnen/ im Aufwind.
Die Sterne
waren/ lang schon vergriffen// Zum Beispiel wer auBer dir,/ wer käme darauf,// den Mond/ in dieses
Zimmer zu falten// und seine FüBe/ daneben zu stellen// und dieses Bild/ zu
einsam zu finden// und deshalb/ lieber ein Foto zu machen// von etwas/ ganz
anderem.
Die Tage
werden langsam/ wieder kürzer// So wie das Schweigen länger wird, aber nicht schöner./ Als wäre etwas
ausgegangen Stück um Stück./ Etwas, um das man die Nachbarn nicht bittet.//
Bedeutendes fehlt und auch der Mut, laut zu sein./ Und selbst mit andren Worten
wáre dies kein Lied, das/jemand singt für dich und gegen sein eigenes
Schweigen.// Was könnte man sagen zum Staub auf den Lidern,/ zum Verramschen
des Nichts, zu den Ufern des Lichts/ auf dunklen Dächern. Unter denen wir
sitzen// und Schindeln befragen: nach Dichte und Sturm/ und der Stille danach.
Nach dem, was nur/ in der Luft liegt. Die Sache mit unsrem Alleinsein// müssen
wir lernen. So wie man Sonne lernt oder/ den Regen, an dessen Tropfen Licht
sich beugt wie/ eine Hoffnung, unter den Flügeln behaupteter Hähne.
Lydia Daher [Berlín, 1980) es música y poeta. Además de algunos libros de poesía, ha publicado un álbum de canciones pop escritas y compuestas por ella: Flüchtige Bürger (Trikont, 2010). Los poemas aquí traducidos están tomados de su libro Insgesamt so, diese Welt (Voland & Quist, 2012) y de Und auch nun, gegenüber dem Gonzen - dies. 101 Coliogen (Dresden y Leipzig, Voland & Quist, 2014). En este último, la autora combina la poesía con el colloge.
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