Brilla la estrella en Belén
y Roma brilla en su trono,
nació el hijo de María
se oyen gritos y sollozos.
En la paja del pesebre
y en la marcha del exilio,
este niño es Jesucristo
en pañales perseguido.
Su nombre en la lista negra
no deja de figurar,
la mano que hace la lista
enrojece la ciudad.
A su frente está el destierro,
a su espalda la matanza,
la sangre del inocente
es la sangre más amarga.
A mi canto no lo cantes,
no quieras cantarlo ahora,
canto que nace de noche
tiene que esperar la aurora.
Cuidado niño. Cuidado
bajo la noche de Herodes.
[inédito]
Alfredo Rescia (Leones, Córdoba, Argentina)
Tomado del blog Otra Iglesia es imposible, de Jorge Aulicino.
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