y nieve tuve/ a cada ráfaga de nieve se producía una burbuja/ esfera de cristal/ adentro iba un trineo / en el trineo iba Erszebeth Barthory/ el trineo cruzaba el paisaje / abriendo el grito de los lobos/ el aire deshilachaba el aliento/ los caballos galopaban con la misma intensidad que se encadenan las imágenes de un sueño/ y ella iba al encuentro del castillo de papel de Pizarnik/ para prenderle fuego a sus pezones/ para beber su sangre como quien lee a un poeta maldito/ para maldecirla con palabras que puedan ahogarla de un golpe/ para golpearla con la punta de la lengua/ como si la lengua fuera látigo cuyo resplandor corta en dos la piel/ la piel del mundo en un solo papel/ Alejandra estaba encerrada en la torre de papel/ convirtiendo el mundo en una caja de música cuyo eco sólo era Alejandra Alejandra Alejandra/ amaestrando desde la sombra de cada verso/ animalitos de alto voltaje/ entonces Erszebeth Barthory golpeó a las puertas del castillo/ para advertirle que el amor era una trampa/ que abría el grito de los lobos/ pero nadie abría/ porque Flora estaba ordenando la venenosa botánica que emigraba de apolillados azogues/ entonces cada golpe a las puertas del castillo tenía igual sonido/ como quien quema papel/ hasta convertirse en una ráfaga/ el deseo de un abrazo/ una nostalgia/ una aurora boreal/ refugiándose en la caída libre de la nieve/ para que pueda alumbrar el principio de esta fábula.
(Inédito)
William Johnston
1 comentario:
Lindo poema, algo tiene, más allá de la referencia.
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