donde se apoya mi cara
la miseria de cada mañana
se ubica en el espejo
donde se apoya mi cara
y lo que veo
es una esperanza tan cansada
tan sometida a los miedos
tan llena de polvo
y sueños a mitad de camino
que el mismo espejo
se deshace en la tierra
como un último reflejo de lo por venir
caja de resonancia
todo ha enmudecido en la casa
sólo el corazón retumba en mí
de pronto
arranca la heladera
y crece su frío entre la oscuridad
es bueno a veces
no escuchar
el corazón
alguien abre una salamandra
luego de que el otoño se quema
con la primera helada
vas a encontrarte con lo poco que persiste
en una salamandra fría
vas a hacer el gesto negro
que tizna el hierro de las palabras
papeles en mano tu cuerpo buscará el recuerdo
el espeso susurro que enciende la noche
los sueños empapados de kerosén
la música que se frota en los sarmientos
cada beso astillado cada leño mojado
y vas a beber con delirio de esa boca en llamas
como si tu lengua fuera una paloma herida
que se tomó un respiro
antes de huir con el último mensaje
(De "Pájaros de tierra" )
Hernán Schillagi (Argentina, San Martín, Mendoza, 1976)
IMAGEN: Nieve en el otoño mendocino.
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