No sé cómo pude pensar
que un punto metonímico
me libraría de lo real...
Sube la lluvia el silabeo
del agua
y en el río instantáneo
punza el tatuaje del silencio.
¿Esa voz que me llama como un río que no desemboca?
¿Ese desemboque de la voz que llama al río? ¿Ese río de voz
que llama a la desembocadura? En una de esas bocas solo
un río, sólo un río...
En ese sol donde el verde levanta el cristal con que se mira.
En esa mira donde el cristal levanta soles verdes.
En ese verde donde levanta con el cristal un sol que mira.
En ese levante donde un sol mira verde tras el cristal. jajajaja.
Y sube la orilla del cascote
y baja la cresta de piedra.
Y sube la llama del borde
y baja la nieve que tiembla.
Aaaaah.
El volcán del segundo
esa rosa con cabellera que sopla en el viento
se hunde en la vacilación.
Adoro a quienes se quitan la ropa
en especial con este calor.
Y sueño con un gran corazón,
pampán pampán
de glíter sobre el bodipéin.
Todos amamos a Mónica Lewinsky.
¿Quién rompe los redondos huevos de la tarde
y los vierte sobre mi cabeza
truncos
sin germinar tordos y zorzales?
¿Es que no tienen infierno
los dedos largos de los predadores?
Voy a hundirme en una botella de malbec
como Empédocles en el volcán,
para desaparecer al modo divino.
¿No puedo entonces ir por el borde sino por la orilla?
¿Qué será de la silueta que desborda por no bordear?
¿Qué será de la orilla carcomida por no cortar?
Qué será de la mirada que se esquiva por no desear.
Borderiza para franquear la línea,
límite geopolítico de la anatomía
del estándar.
Un reloj que se sienta entre almohadones a desplumar
el frío ¿eso es surrealismo?
No creo, eso es normal.
Los pollos vienen desplumados.
Ay.
La fiesta de la diosa sembró savia en los bosques. Ella,
la oculta.
Si una mujer se refleja entera sobre un espejo,
en la noche del veinticuatro de junio,
verá en las sombras
la imagen del enamorado.
El espejo no alcanza
para reflejar en las sombras las imágenes de un hombre.
Nací en este cuerpo de tierra demorada.
La vida exacerba el impulso de reventarla,
globo de agua en el carnaval del tiempo.
Graciela Gianetti
Graciela Gianetti. Nació en Paraná y egresó del Instituto de Enseñanza Superior como Profesora de Castellano y Literatura. Se graduó después en la Universidad Católica de Santa Fe de donde egresó como Licenciada en Letras (1977). Se dedicó a la docencia en el nivel medio y superior y en concurso abierto obtuvo en 1992 la cátedra de Literatura Argentina donde se desempeñó hasta 2007 (UADER). En la Universidad Nacional de Entre Ríos obtuvo la segunda licenciatura en Lenguas Modernas y Literatura (2003) con una tesis sobre 'Abisinia Exibar' de Néstor Perlongher con recomendación para su publicación. Desde 1981 coordina el Taller Itinerante de Letras "Paraná", espacio reconocido cultural y socialmente a nivel provincial. La obra publicada hasta hoy consiste en "Un otro invisible" (poemas,1981) con ilustraciones de Gerardo Zapata, "Los dioses menores" (poemas, 1983), "Poemas eróticos y dos más" (poemas, 1987) y "Bailarines en el mercado" (poemas,2003).