Si hay algo que quisiera decir, antes de que la naturaleza me vuelva síntesis
(trazos de carbonilla),
es que amo, profundamente, el olor de los cuerpos recién amados;
y la falta de orden en tu pelo y en tus gestos,
que quién sabe de qué alturas vienen bajando.
Si hay algo que quisiera escribir
(dulce patrimonio de lo que es gemido)
(confesar)
es que soy un pintor y un músico fracasado. (Sí).
Sin embargo, la levedad azul de tu espalda en el cuarto,
es canción en cuerdas de acero y un aguafuerte desmesurado;
y generan, el camino... demoradamente largo
de tus piernas desnudas que van,
de la cama perfumada al espejo del baño.
Naturaleza y síntesis, entonces. Carbonilla y trazos.
Quebrado amanecer de miel. Ruta solitaria.
Que seguramente no seré de tí, ni memoria de a ratos.
Pero hay,
hay algo que quisiera decir
(deliberada criatura de azúcar y cabellos despeinados);
y es, que amo... profundamente...
el olor de los cuerpos recién amados.
Héctor Urruspuru (Buenos Aires, Argentina, 1956)
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