domingo, 30 de octubre de 2016

NO SE NECESITAN POETAS


















EL SEXO SIEMPRE FUE MUY COMPLICADO

El sexo para mí siempre fue muy complicado.
Principalmente al principio
(no es una tautología),
una suma de broncas
malos entendidos, frustraciones,
            que parecían desafiar
            al título de Shakespeare
            "A buen fin, no hay mal principio".
Nacidos de intentos ciegos,
forcejeos cómicos,
idealizaciones brutales,
nada bueno podía desarrollarse.

Mis años en teatro y otras yerbas
dieron paso al impulso creador.
Entonces algo pareció solucionarse
y el amor empezó a ocupar 
ese lugar de la complicación,
de lo fallido,
de barajar y dar de nuevo
a cada rato,
de bajarse del podio
para caer en la cuenta:
un fin de semana fiestero
no alcanzaba, no alcanza, no alcanzará.

Cuando escucho o leo:
"el sexo para mí es..."
o algo por el estilo
mi atención es atrapada de inmediato.
¿Quién no busca a alguien
que le cuente cómo hizo
para salir de la pobreza
del corazón?

Se ha juntado mucha arena
en la base de este relojito.
Por eso cuando me preguntan
en qué me parezco a una mujer
    -cosa que por suerte
     no sucede a menudo-
yo respondo para mí
el sexo siempre fue muy complicado.



CLÁSICOS DEL CUMPLEAÑOS

El que revienta todos los globos
El que sopla las velitas del cumpleañero
La que llora con la piñata
La que no come torta
La que sólo come torta
El que se la pasa en el baño
La viejita que cuenta siempre la misma anécdota
El viejito que quiere levantarse a la animadora
El que no habla con nadie
El que se come todo
La que no encontraba la calle
El que no trajo regalo
El que no quería venir -pero lo trajeron igual-
El que se toma todo
El que se duerme sentado
La que llega al final de la fiesta
El que no vino.



NO SE NECESITAN POETAS


Cae un avión con poetas
que viajaban al Congreso
Internacional de las Lenguas.
“No se necesitan poetas”
titula un matutino de segunda línea
que pretende jugar en primera.
Y se desata el escándalo.
¿Se resentirán el Mundo,
el Lenguaje,
por veinte poetas menos?
Algunos opinan que el titular
debió ser
“No se necesitan tantos poetas”
y  se reaviva el escándalo…
que el Mundo se resentirá,
que ya nada será lo mismo,
etcétera.
Pasa el primer año
y se hace un recordatorio;
pasan diez años,
se hace otro recordatorio
pero resulta
que el Mundo sigue andando
la gente sigue hablando y escribiendo
algunos continúan opinando
sin embargo
que el Lenguaje sí se ha resentido
por la ausencia de los poetas
de aquel avión.
En los sucesivos
Congresos Nacionales de la Lengua
se los seguirá recordando;
pero está claro
que el lenguaje sigue vivo
a pesar de aquellos poetas;
está claro
que él ha encargado
a otros emisarios
la dura tarea de perpetuarlo. 




David Birenbaum




David Birenbaum (Montevideo, Uruguay, 1964); pero se crió en Corrientes, donde vivió hasta 1986, desde entonces reside en CABA, Argentina; es Profesor de lengua y literatura en Colegios secundarios de la Provinca de Buenos Aires. Fue incluido en la antología Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas (México, 2008), publicó las plaquetas Freudiana y otros poemas (1993), Zavaleta, el del eclipse (1994), Puré de séclipe y teyoca (1995), Ladrón (2008) y los poemarios Clase turista  (1997), Mate pastor (2003) y No se necesitan poetas (2013), los tres a través de Ediciones La Carta de Oliver. 




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