lunes, 19 de abril de 2021

COREOGRAFÍA DEL ABSURDO


 











Hay un canto en mí que no puede salir de mí porque
no se han creado
aún las palabras necesarias.
Giovanni Papini


Hay un canto. Comienza en tono agua. Amanece cuando la noche cede entre pajonales y gritos
y secretos.
Quien canta parece dormir desde antes que el sueño se conociera entre los hombres.
El corazón se esfuerza por ser un xilofón prudente
y retiene esas notas para otro momento.
Los cristales y las campanas pretenden compilar
un canto robado a otro poeta.
Todos los poetas se enorgullecen de sus olvidos
y dejan el canto que hay en mí en las cornisas del día cuando el sol es un charco hirviente en la calle
del horizonte.
Si este canto golpeara a tu puerta, lo mejor sería
que miraras para otro lado o que posaras tus oídos en el vuelo de las mariposas.
Si este canto mío enmudeciera lo haría en silencio de tronco de árbol que muere cuando los bosques se incendian.
Mi canto tiene la resistencia de las flores cuando
la adversidad le toma fotos y las diseca en herbarios sin memoria.
Mi canto se acompaña con palmas y canciones
populares que todavía tararean los muertos.
Todos los enamorados interpelan al cielo
y las estrellas: cómo se llama ese canto que
en la arena de la playa desconocida deja huella
y se concentra en caracoles y conchas y espuma.
Yo me acuno con este canto mío desde el nacimiento de su armonía hasta el desbarranque de los cuerpos. Me gusta que el río sepa mejor que yo acerca de este canto que desemboca en lo inmenso y se vuelve
estuario en su intimidad.
 
 
 
Hay una tortuga en mi cabeza
 
una tortura
todo es
remoto
como las células de su caparazón
alguien es tan fuerte y viene de tan lejos?
quién ha cruzado el umbral de los tiempos?
mi recuerdo más antiguo
es de ayer
cuando bailábamos bajo la luna
sin importarnos la música
escuchando
el corazón
 
 
Afuera está el río


lo puedo oír
es apenas un murmullo
pero
es tal el silencio
la voz del agua
dice tu nombre
hay ahogados
que te conocen
y peces que prefieren
dejarte el espejo
para que pintes
los ojos de los camalotes
los peces son pura empatía
los camalotes
se llevan nuestros corazones
es la única manera de viajar
si no fuera por el río
esto sería un cementerio
 
 
Adentro hay un perro muerto

la pena de un niño
el luto de una especie
la huella no estampada
de unas patas que
al ser cuatro desafían el orden
nada ladra dentro del poema
ni la luna es plato que falte a la mesa
de esta constelación
ni habrá aullido a ese blanco de ausencia
Ensayamos la coreografía del absurdo
   
 
 
De: Coreografía del absurdo
e-book, Lago Editora, Córdoba, 2020

 
Hugo Luna (Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina, 1959)
 

Pueden LEER la biografía del autor en entrada anterior (Nota del administrador).
 
 
 
 
 

3 comentarios:

hugo luna dijo...

muchas gracias Marcelo querido... gracias!

Marcelo dijo...

Gracias a vos también por estos poemas.

Anónimo dijo...

Gracias Marcelo por publicar estos poemas de Hugo. Y gracias a Hugo por cantar al río como quería Calveyra