viernes, 16 de abril de 2021

LA BANDA OSCURA DE ALEJANDRO

 



















EL COLOR ÍNDIGO

 

Sabor del vino.
 
¿Qué nos une
sino su esponjoso exceso
de voluptuosidades?
 
 
¿Cuántas serían?
¿Por qué entran
a nuestro asombro
como una mariposa
en la luz de la plegaria?
 
 
¿Qué lenta fascinación
extenúa la imaginación
de un vértigo?
 
 
De una noche a otra
el día cambia; las noches
permanecen. Y en la mañana está
otra vez la maravilla de sus venenos
la reflexión de las rosas,
suavísimas y nerviosísimas
en ese punto de estertor.
 
 
Sobre las luces chispeantes,
bajo los árboles,
las sombras de los más cercanos: el laurel,
los 3 plátanos,
la araucaria de tres años,
la acacia australiana
en su segura oscuridad.
 
 
Los gatos esperan. Custodian. Hacen
espuma con tu sonrisa.
 
Por la radio los ruidos,
las descargas silenciosas en efluvios
a pesar de la luz,
 
 
la Obertura de Oberón,
de Webern.
 
 
(...)
Voy hacia el recuerdo por el vino de la infancia.
Por esa soldadura de color rubí
que me pegó
a mi padre.
 
 
Sólo la naturaleza
me mantiene en esa leve confusion llamada
"estado de ánimo".
Por ella exijo de un narrador que el clima,
que el paisaje,
que el olor del aire y su miel. Y así,
 
 
tesaurizar las sustancias del viento
que envenenarán el alma;
la fiebre de un instante
que desorientará la dicha.
 
 
(...)
 
 
Nada sabe el amor
y en eso te despierta.
 
 
Nada sabe el ritmo
que te invade. Y ese punto
soy yo.
Quemado por el anhelo
de hacerle ver al otro
un modelo sin valor.
 
 
(“Cuando no estemos juntos
escribirás; el margen de espuma
de un recuerdo presuntuoso
será tu nuevo estilo. ")
 
 
-¿Por qué se interesa tu voz,
tu lenguaje?
-¿Por qué la mínima apariencia vital,
busca su alerta maravillado
en el sonido ?
 
 
Contra esos gestos la voz que se enerva
busca todavía los ojos,
el brío del sentido.
 
 
Un color es tu silencio.
Prodigará el extravío del misterio si está aún más
en tu vino cotidiano:
"Hazme el favor de decirme, oh amor,
si mis ojos ven fuera de mí la belleza verdadera
o si tan solo la llevo dentro de mí. "
 
 
Palabras de un Miguel Angel insistente,
disuelto en lo más ávido de, una abstracción
al padecer la belleza
que no nos toca,
que sólo nos instiga.
 
 
Alguna cosa dirá con su destello:
"ya no recuerdo tú voz'',
"ya no recuerdo el contorno
de lo que decía tu voz. "
 
 
Al morder por la naturaleza v -
un cebo que  distingue al deseo 
tal vez como "diapasón",
 
 
tal vez como "cuidado'' en toda la cantidad incierta
de espera.
 
 
Oh, amor mío,
 
poetas que leían estas palabras decían:
"A los poetas les disgustará que escribas
Amor mío o…¡Te quiero! Amor mío...
 
 
...En esa voluntad de abismarnos
nuestra soledad hizo-palabras.
El sueño en nuestros abrazos,
en nuestra obscena discusión;
puesto que si no: ¿de cuál modo
encuentra en nosotros un nombre
el dolor?
 
 
El día volvió en que el amante reconoce
todo su universo como una estúpida ficción.
Desconoce al amado. Sostiene que sólo hay
un punto; el alba es allí el lentísimo
deletreo del Amor a sí.
 
 
dijiste: “ayer, escuchaba desde el patio
el bullicio de los chicos, que hacían una lista
de invitados para una fiesta, que tomaban jugos
con soda.
"El ruidito de los sifones,
y las risas...Y trataba de imaginar si esa risa
que yo una vez tuve,
la obtendría otra vez."
 
(De: “La banda oscura de Alejandro”,
Bajo la luna nueva, 1994)
 
Arturo Carrera (Pringles, Provincia de Bs.As.,Argentina, 1948)
 

Pueden LEER la biografía en entrada anterior (Nota del administrador).
 

Fotografía del autor por Guillermo Turin.
 
 
 

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