domingo, 18 de mayo de 2014

PIEDRA DEL ÁNGEL


El amor

El amor era eso, unos ojos al borde del incendio, un 
colibrí de azúcar moliendo tu cintura, tu cuerpo apenas 
nítido del verso entre los dedos. 
Me dijiste:
He reconocido en ti mis otras vidas. Fui una rosa en la 
noche, una hechicera de ojos renegridos, los heraldos de 
bronce de una espada, Tan Triste Como Ella y Onetti 
con el pulso de dios en mis entrañas. Me he dejado caer 
en este río, en este mar, en esta ciudad de casas repetidas 
para poder amar lo que no he sido.

El amor era eso, la filigrana de tu lengua en mi espalda, 
el tigre que acechaba tu sombra entre los árboles y la voz canturreando una canción secreta.

Te dije que te amé porque era amor la lluvia, las torres 
de papel que el viento despintaba,
La noche en que los dos supimos que la vida había nacido 
de este modo.

Cuando recorro el mundo hay un perfume tuyo en mi 
solapa.




Es fría la muerte, madre



a Margarita Rivella


Ahora es fría la muerte, madre.
Yo cerré tus ojos sobre la cama en que yacías: en ella
te dormiste para siempre, mientras Tina calentaba agua
para el mate.
En esa casa, madre, por última vez soñaste los lapachos,
la lora con sus verdes lloriqueos y el piar de las gallinas
contra el cielo.
Luego tiré una sábana desteñida sobre tu cuerpo que
también dormía.
Ahora camino por la casa, madre, y siento que todavía
anda tu corazón entre las buenas noches, las alegrías del
hogar y las dalias.
En esa casa,
madre,
viviste los duraznos, las granadas y las noches en que
hacías empanadas para matar el hambre. Fuiste feliz
conmigo, con los nietos, con la risa más clara de Leonor
y la flor memoriosa de los días.
En esa casa, madre, fuiste el amanecer y el adiós con
sus lágrimas.
Ahora es fría la muerte, madre.
Te mueres en un hospital como un fantasma y en la Sala
Tal de la Casa mortuoria cuatro luces fosforescentes
parpadean sobre tu cadáver.


Hugo Francisco Rivella




Hugo Francisco Rivetta (Rosario de la Frontera, Salta, Argentina, 1948). Poeta y músico de una vasta obra poética. Vive en Córdoba. Ha publicado los libros de poesía Caballos en la lluvia y otros poemas [2001], Zona de Otros Días (2007), Yo, el Toro [2008); Centro de Tormentas [2010), Piedra del Ángel (2011), Putas,/La cacería del ángel (2011), Ojo Astillado [2013] y Espinas en los ojos (2014). Consta en la Antología de Poesía de Página 12,1994- Neuf poetes argentins. París, Francia, 2004, VIII libro Los Poetas que Cantan, Cosquín, 2011. Poeta multipremiado, es autor de canciones de raíz folclórica.



1 comentario:

Mones dijo...

El negro Rivella no sòlo es un enorme poeta, es un hombre preocupado por el destino de nuestros pueblos; un militante de la causa de la Patria Grande y de manera esencial, buena gente...Debo reconocer que la receta de las empanadas de su madre salteña hizo que consiguiera una manera de llevar dinero a casa. Hace màs de 20 años que siembro de empanadas mi camino y siempre tengo un reconocimiento silencioso a esa mujer que es como mi Pachamama.