“…no me puedo explicar a mí misma, porque yo no soy yo…”
L. Carroll
ILa casa de ese silencio es como la del conejo blanco
y adentro, apretada contra sus paredes, soy Alicia.
Todo intento por escapar del espejo
todo intento por escapar
todo intento
era peligroso.
“Cómeme”
“Bébeme”
me decían.
Eternamente comerás silencio
beberás silencio
serás un silencio inmaduro
arrancada del árbol
cayendo del árbol
como por un pozo.
IV
como una cierva
por la boca del lobo
pastaba en su lengua
juntaba flores en su garganta.
3.
Porque habito y acecho
porque he de encontrar en los vértices de la noche
la desmesura y la tormenta,
llévenme los faunos
llévenme las músicas, las danzas,
hagan de mí su presa,
beban en el cuenco de mi sombra.
Llévenme a pastar en el lomo del verano
y a cantar melodías de fuego.
Llévenme.
Abran mi boca cerrada al canto.
Suelten las liebres sus crías hambrientas para que amamanten,
para hacer de este otoño una colmena,
un arroyo,
celebración o sendero.
6.
Y es entonces
que la esperanza nos habita:
un pájaro que canta sobre el ramaje de la tarde
Carla Olivera
Carla Olivera, poeta y bailarina, nacida en Gualeguaychú hace 29 años, donde reside desde siempre y enseña Lengua y la Literatura. Ha participado y dictado diferentes talleres literarios desde 1998 hasta la fecha. Publicó en 2006 “Partición de voces” (poesía), Edit. De los cuatro vientos, Bs. As. e “Intemperie” (poesía), en Singular Ediciones, Gchú, 2014.
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