sábado, 12 de marzo de 2016

COMO UNA BAILARINA SOBRE LA LUZ DEL AGUA



LA TIRANÍA BAILARINA DE LOS DEBERÍA

Una bailarina debería sentir el ritmo de la música 
en su interior como lo hacen los pájaros al viento 
como giran las hojas en otoñoy caen a la tierra
o al menos el ritmo en su interiorconfesaría fuerza.

De la misma manera  - a todo esto lo supongo-
Debería tener el paso firme, las manos perfumadas
y un brillo mansoen la mirada que la dejara hermosa.

Con su armonioso paso debería almidonar el aire 
en  la cadera de ella envuelta de calorsobre el verano.
Sin embargo  en su belleza la miro cínica al bailar 
vacía de canciones bajo los pies del mundo.



FACSÍMIL

Dejé que las piedras
taparan tu nombre.
Que  te comieran
la lengua los ratones
y  lo sacro se hundiera
conmigo en el abismo.



SOBRE LA REALIDAD

quedan escritas:
la respiración
las horas 
la canción

los naipes
el tiempo abierto
 y el después 

los signos
las sombras
la puerta abierta 
la locura

las sobras
la comunión
los besos 

los santos sin luz
los días las noches 
la caída

el hambre feroz
la incertidumbre

la copa de uva
sacramento
elixir de un mortal

la voz
tu nombre que gira

las letras
el sexo 
la fragancia

la mesa predispuesta
el pensamiento intacto

las sentencias
el puño cerrado
como un boxeador
la bailarina

el blanco y negro 
sin un gris
la gama de colores
y las gracias

los coleccionistas
las ilusiones
la vida 
las mentiras

el humo 
el asco
los sueños

parientes
la ausencia 
la piedad 

la amargura el río                                                
lo que importa
el agua pendiente  manantial
el templo el páramo
el poeta.



PRECIPITACIÓN NATURAL

Templaremos el agua en la guitarra
se desvestirán de a poco los silencios
hasta temblar descalzos.
Así será la reverencia marina natural
por las esquinas desnudas de la piel. 



VIRTUD TAN MISERABLE
                                                   
este viaje
en la nada y para nadie
este fragmento roto
de uno mismo.


AQUÍ

La esencia del tiempo 
es sólo una variable 
de todos los relojes 
que ahora se apagan 
para saber la hora exacta 
en que vendrás.


Marita Balla (Paraná, Entre Ríos, Argentina, 1974)








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