En la playa a la noche
Está de pie una niña con su
padre,
Mirando al este, el cielo
otoñal.
Arriba a través de la tiniebla,
Mientras las nubes córvidas, las
nubes funerarias, que en negras masas
se extienden,
Descienden rápidas y umbrías a
través del cielo y cielo abajo,
En medio de un claro cinturón
transparente de éter que ha quedado en el este,
Se eleva grande y calmo el
astro-señor Júpiter,
Y muy cerca, tan sólo un poquito
más arriba,
Nadan las delicadas hermanas
Pléyades.
Desde la playa la niña aferrada
a la mano de su padre,
Esas nubes funerarias que
descienden victoriosas prontas a devorarlo
todo,
Observando, silenciosamente
llora.
No llores, niña,
No llores, querida,
Con estos besos déjame quitar
tus lágrimas,
Las córvidas nubes no han de
seguir largo tiempo victoriosas,
No han de poseer el cielo largo
tiempo, devoran a los astros
sólo en apariencia,
Júpiter ha de emerger, ten
paciencia, vuelve a mirar otra noche,
las Pléyades han de emerger,
Son inmortales, todos esos
astros plateados y dorados han de volver a brillar,
Los astros grandes y pequeños
han de volver a brillar, ellos perduran,
Los vastos soles inmortales y
las perdurables lunas pensativas han de brillar
otra vez.
¿Te lamentas entonces
queridísima niña tan sólo por Júpiter?
¿Consideras tú sola el funeral
de los astros?
Algo hay,
(Con mis labios aliviándote,
agregando yo susurro,
Te entrego la primera
sugerencia, el problema y la indirecta,)
Algo hay más inmortal incluso
que los astros,
(Muchos los funerales, muchos
los días y las noches, que pasan,)
Algo ha de perdurar más
largamente incluso que el lustroso Jupiter,
Más largamente que el sol o que
cualquier satélite girante,
O las radiantes hermanas
Pléyades.Walt Whitman ( EE UU, West Hills 1819 - Camden, 1892)
(De: Hojas de Hierba,
edición completa de Losada,
Traducción: Pablo Ingberg)
On the Beach at Night
On the beach at night,
Stands a child with her father,
Watching the east, the autumn sky.
Up through the darkness,
While ravening clouds, the burial
clouds, in black masses spreading,
Lower sullen and fast athwart and
down the sky,
Amid a transparent clear belt of
ether yet left in the east,
Ascends large and calm the lord-star
Jupiter,
And nigh at hand, only a very little
above,
Swim the delicate sisters the
Pleiades.
From the beach the child holding the
hand of her father,
Those burial-clouds that lower
victorious soon to devour all,
Watching, silently weeps.
Weep not, child,
Weep not, my darling,
With these kisses let me remove your
tears,
The ravening clouds shall not long
be victorious,
They shall not long possess the sky,
they devour the stars
only in apparition,
Jupiter shall emerge, be patient,
watch again another night,
the Pleiades shall emerge,
They are immortal, all those stars
both silvery and golden shall shine
out again,
The great stars and the little ones
shall shine out again, they endure,
The vast immortal suns and the
long-enduring pensive moons shall
again shine.
Then dearest child mournest thou
only for Jupiter?
Considerest thou alone the burial of
the stars?
Something there is,
(With my lips soothing thee, adding
I whisper,
I give thee the first suggestion,
the problem and indirection,)
Something there is more immortal
even than the stars,
(Many the burials, many the days and
nights, passing away,)
Something that shall endure longer
even than lustrous Jupiter,
Longer than sun or any revolving
satellite,
Or the radiant sisters the Pleiades.
IMAGEN: Pendeja llorando - Fotografía de Melodie Mcdaniel.
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