martes, 24 de septiembre de 2019

NAIPE FRANCÉS


























Pétalos sobre el ladrillo frío
Por un instante
Apagan la niebla de la mañana.



Ajenos al sufrimiento
la sana anestesia
nos aleja de la ola que crece.
Subimos la solapa con elegancia
es un asunto privado
sí, la muerte se viste de silencio.



Ahora que he envejecido
la oscuridad de los hombres
ya no me resulta indescifrable,
Sin embargo esta certeza,
No representa ningún alivio.



Se apaga el murmullo
y también el susurro.
Finalmente tras un largo momento,
se apaga el silencio,
las mil formas del silencio:
la mano extendida
la sonrisa
la espera.
El silencio se mueve con gran intensidad
como el humo
y también se paraliza
igual que el hielo:
pero finalmente se desvanece
incapaz de apartarse del vacío.



Desvalida ausencia

Extrañar nos vuelve desvalidos
regresamos a cierta simplicidad
considerada infantil.
Sin embargo la ausencia de lo que deseamos
tiene su secreto,
extendemos los brazos buscando en las sombras
con la certeza de que no hay nadie
para devolvemos el abrazo.
Insistimos, con salvaje precariedad,
como en un rito vacío.
Esa condición nos acerca a un temple nuevo,
labrada en cada detalle por la ausencia de lo deseado.
Hemos dado un paso inevitable,
tal como que si hubiéramos logrado nombrar la muerte
y haber salido indemnes.

(Tomado del libro Naipe francés,

Gentileza del autor)

Enrique Meler (Buenos Aires, Argentina, 1951)




IMAGEN: Ilustración de la tapa del libro: Rubén E. Iglesias.




1 comentario:

enrique dijo...

Soy Enrique: muchas gracias, Marcelo. Saludos