Simplemente para verificar la eficacia de la frase “aquí hay gato
encerrado” encerré un gato. La
llave del candado la guardé en
un cajoncito de la cómoda y me
desentendí del experimento
durante 24 horas. Al día
siguiente, fresco, sin ambages, procedí
para comprobar lo que desde un
principio suponía: en la
habitación no había ningún gato;
la literalidad resulta hueca;
se promueve esa expresión porque
el misterio es lo único
que no aburre en esta vida.
(El naturalista, 2010)
(Tomado de
La luz contra el centeno,
Antología de
Javier Cófreces,
Ed.
Continente, 2013)
Alberto Muñoz (Buenos Aires, 1951)
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