miércoles, 9 de octubre de 2019

MIRAR A UN GATO ENCERRADO











Simplemente para verificar la eficacia de la frase “aquí hay gato
encerrado” encerré un gato. La llave del candado la guardé en
un cajoncito de la cómoda y me desentendí del experimento
durante 24 horas. Al día siguiente, fresco, sin ambages, procedí
para comprobar lo que desde un principio suponía: en la
habitación no había ningún gato; la literalidad resulta hueca;
se promueve esa expresión porque el misterio es lo único
que no aburre en esta vida.

                                        (El naturalista, 2010)


(Tomado de La luz contra el centeno,
Antología de Javier Cófreces,
Ed. Continente, 2013)
Alberto Muñoz (Buenos Aires, 1951)





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