MIENTRAS DURÓ
Vivamus, atque amemus
Los mil y cien besos
y cien mil
más,
besos sin
cuenta
de Catulo y
Lesbia,
o el único,
prolongado
beso de Paolo y Francesca
persisten,
nos buscan,
son
nuestros,
más sin
cuenta
y más sin
fin.
Estás
en mí
Estás en mí
como una luz
que no se
apaga nunca.
Bueno, no
exageremos,
no un sol
ni un faro,
apenas un
candil
en el
cuarto del niño temeroso,
un pabilo
nadando en aceite
en el
sagrario de la oscura catedral
o un
incesante cigarrillo
que alguien
alienta
detrás de
un vidrio
al fondo de
una sala nocturna de hospital.
CUANDO SE FUE
Como Cleopatra
Sucesores
herederos
de los
testigos que vieran
al áspid
trepar
desde la
mano
que abrió
la tapa
y se
introdujo en el canasto,
los
orfebres desde hace siglos
hacen de
las serpientes
largos
enroscados brazaletes
rematados
en una
cabecita de platino
con ojos de
esmeralda
y lengua de
oro
dirigida
hacia el corazón.
Así mis
manos te buscaron
y quedaron
quietas
mientras
las tuyas
treparon
por mis brazos
y cuando
terminaron de subir
y se
deslizaron
por mi
pecho
yo ya
estaba muerto.
(Del libro:
Antífonas -Amor se fue-Apuntes
sobre Proust; EditorialPalabrava,
2019)
Enrique Butti (Santa Fe, Argentina, 1949)
IMAGEN: Paolo y Francesca, pintura de Gustave Doré.