martes, 2 de septiembre de 2025

EL LIBRO (NO) DE LOS SALMOS


Cáscaras


Si la yema resbala (no aclara) 

surcos en el vestido de reserva 

se aja hojea estropea ¿en ser?


Si supiera hilvanar

al menos

una soga liviana


Sacaría los ojos del agua 
del pozo (repleto de agua)


Quitaría la desazón 
del vestido


Leería

—en voz alta—

lo descascarado


Palabras nudos 
en la boca


Que se suelten 

desmarquen la frase 

como vuelo de ave 

su aire.



Llaves (de la memoria)

Que no se cansen los árboles 

de darme su sombra 

de darte su sombra 

—su viento.


Que no canse su mecer 

de cuerpos 

que leen ¿qué leen?

para que —otra vez— 

mis ojos tus ojos 

repasen el cielo 

lean 

azul

azul celeste

azul eléctrico 

tremendamente gris 

también mi voz te diga


te vuelva a decir 

te envuelva su moverse


Que la palabra se asome

asombre

cada vez

que todo eso

que tanto

porque sí

nos habla.



Desvelos

a bnrique Goldengruss
Nos vemos.

Notamos enseguida

la pena inmensa, esa, ¿cómo se dice?

ah, esa,

¿en tu —en mi— corazón histórico?



Y tocamos,

no las paredes que no hay,

que se fugaron como si nada

sino que tocamos la pulpa

de la intemperie (pulpa jugosa que salpica).



De repente, casi simultáneo 

o aún más, yuxtapuesto, 

aparece un refucilo.


El primer gesto es 

el de las risas 

azules, celestes 

de tanto 

tocar cielo.



Y no se ve más. Por un rato 

solo esa niebla que se descorre.



Lo triste se suaviza, comienza

a percibirse ese sonido

como de siempre,

como de violines,

que nos hace saltar

(a todos)

por el aire.



Flotamos.




Giratorio

Alguien gira, da vuelta 

su humanidad entera 

y da vuelta el mundo.

Alcanza, así, a ver las raíces de los árboles, 

las raíces de los trenes.

Mueve la cabeza: la risa se escucha 

intensa desde ahí.

Las ideas van cayendo una por vez.

Las ideas se entrometen entre los dedos 

de los pies que acarician las nubes.

Hacen cosquillas. ¿Quién comparte tu duda

existencial?, dice y su pregunta

invita a la risa, más fuerte, más intensa.

La idea cae en el vaso que resbala 

se golpea en las ramas y 

se parte en pedacitos

como de lluvias, como de letras

llenas de cielo.

(Del libro homonimo,
Ed. Hiperion, 2025)

Susana Szwarc



Susana Szwarc nació en Quitilipi, Argentina. Publicó poesía y narrativa. Algunos libros en poesía: Bailen las estepas (De la flor, 1999) y Ed. Liliputienses (2016); Bárbara dice (Alción, 2004), Barbara dit, en Abra Pampa Éditions (2014); El ojo de Celan (Alción (2015), en italiano: L'Occhi di Celan, (Edizioni Fili d’Aquilone,2016) y en Ed.Polibea en (Madrid, 2019); Decir la suerte, poesía reunida (Contexto, 2021); Caracú (Pixel,2022); Ahora Bárbara dice, Ed. Polibea (2023). En prosa: la nouvelle Trenzas (Entropía 2016), en 2019 traducida al alemán y al italiano; La Resolana (cuentos reunidos, (Ed. Con-Texto, 2018); Distancia cero (microrrelatos; Desde la gente,2020) entre otros. Algunos de sus premios son: Premio Nacional (iniciación) por poesía; Premio Unesco por poesía; el Premio Único de Poesía por Secretaría de Cultura de Bs As; Beca Fondo Nacional de las Artes. Realizó la selección y el prólogo de varias antologías como Puentes poéticos, (Desde la gente, 2018); Antología de poesía para la Feria del libro de Bogotá (Filba, 2018). En el 2010, su cuento No camines en el barro fue estrenado, con la composición de Cristian Varela, en ópera. Más info: http://susanaszwarc.blogspot.com/

Pueden LEER más poemas en entradas anteriores.
 

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