El hombre es un animal nostálgico.
Marcello Veneziani
La sombra
Se proyecta en el muro. Una mano deforme. Olor a viejo hay. Y a ladrillo mojado. ¡Cuántos días habrán pasado sin que nadie pase un trapo! Es raro. Con la pasión de estas mujeres por refregarlo todo. Paso suavemente las yemas de mis dedos. Resbalan en esa pátina verde. Siento el frío. El más humano desasimiento.
Al alba
Se pisa la tierra. Se respira el aire. Un viento húmedo espabila la mente. Un corazón cargado de recuerdos. Las palabras nunca alcanzan. En momentos como éste, se tiene necesidad de todo. Y no se necesita nada
Deshacer
Clavo la pala de punta en la tierra seca. Sin permiso. Por eso miro para todos lados. Descubro la tierra más oscura. Una lombriz se mueve nerviosa. Otra, cortada al medio, quedó pegada al filo. Dejo caer la pala. Con un ruido sordo. Tomo un terrón seco. Que ya es polvo entre los dedos. El mundo parece mentira.
Mi vida vivida
A veces pienso en mi vida vivida. Y en mi vida abandonada. Tan distante. De mí mismo. Me veo crecer y morir entre fantasmas. Pero es el mismo mundo. Que sube. Cuando sopla la brisa. La vida inverosímil.
Un centelleo de hermosuras
Todo vibra en la huerta abandonada. Una caña, un murmullo, un zumbido. La claridad lechosa de la tarde. Nos confunde. De milagro, la memoria sigue viva.
La física y la química del cielo
Es la misma que la de la tierra. Los astros parecen inmóviles y sin embargo… La costra de la tierra también va cambiando todo el tiempo. De noche giramos como una bola. Y nos arrastran las estrellas.
De una lengua a otra
Huyo de una palabra como de la peste. No la digo. Mientras, el abuelo corta leña con el hacha. Canta una canción en italiano. Se la enseñó su padre. Le pregunto por el sentido. No entiende qué dice. Yo tampoco. Pero igual se me parte el corazón.
El espacio de una centella
Podemos escaparnos del mundo por un instante. La cabeza se vacía. No sabe ahora qué está bien y qué está mal. Tiene una ocurrencia. Contempla una planta. Muerde, en silencio, un mendrugo espiritual
(Del libro homónimo,
Barnacle, 2025)
Diego Colomba (San Nicolás, Provincia de Buenos Aires, 1972). Vive en Rosario desde 1990.
Pueden LEER la biografía y más poemas en entradas anteriores.

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