una, dos gotas no alcanzan
para conocer la lluvia
la humedad puede mover su rumbo
hacia lo que dejamos fuera
o pasar límites y juicios
sin que nada se oponga a su trazo
no hay madera podrida que resista
ni forma de ser línea
de sanar su rama
tras el vidrio infinito
ya seco
algo suena otra vez
y estoy dicha
cuando el día casi se acomoda
el calor hace estallar
aves y niños como
si no existieran paredes
todavía despierto en los márgenes
y recuerdo la esfera a la que no pertenezco
puro esfuerzo en mitad de la mañana
—con las horas llego a saber
la felicidad de la piedra al sol—
¿dónde queda la intensidad
del color que reinventa el ojo
cuando la escasa luz o la distancia no dejan
imagen o trama de lo que era claro?
¿qué define la insistencia de esa voz,
su reparo, su rabia de días opacos?
¿cuál es la luz entre nosotros, ahora,
cuando tantas luces revelan el mundo?
Hoy no es posible escribir
un poema sobre el amor, su sentido,
su duda, su causa. Sabemos que
no son benditas las palabras que dicen
sobre lo íntimo, o más bien lo ajeno
a cualquier excusa que las vuelva legibles.
Como si el estar aún
en la línea del rayo fuera razón
para dejar de callar contra el muro,
compartir las vibraciones que nos seducen
o contar cada recuerdo que todavía inventamos.
Toda la risa del mundo podría venir
a resonar esta noche, pero sabemos
que su sonido tampoco suele dejarnos
una promesa, una cura,
el estallido.
A Tani, a Macky
Podría ser la última tarde aquí
o tal vez el tiempo se detenga sin pedir permiso.
El cielo es allá afuera, casi árido,
y esta casa se esfuerza en su tarea de abrigar,
de sostener lo suyo.
Las risas de los hijos quiebran
el volumen que permite entender las voces;
la mirada llega sola a cada personaje
y la historia es la misma y otra a la vez.
In the mood for love *: insiste
la palabra a través de la muerte.
La música multiplica el instante
y casi invita a olvidar cada tono.
Pero el secreto es un hoyo
pequeño en un muro que brota.
* Título en inglés de la película hongkonesa Fa yeung nin wa (2000), escrita y dirigida por Wong Kar-wai y conocida en español como Deseando amar o Con ánimo de amar.
A veces creo que sólo sos una excusa para escribir,
la punta de una cadena inexplicable
pero que puede captarse a través de un verso, una melodía;
la imagen de un conjunto que no logra
permanecer nunca en su mismo lugar,
si ni siquiera hay lugar que sea el mismo
o que llegue a ser visto en el plano exacto en el que acontece.
Y es que todo lo que vemos es pasado,
siempre a esa distancia que no mediremos.
¿Cómo podría llegar a la imagen, ahora,
del otro real que sos y ya no miro?
Cómo saber si me sostiene o si sólo
lo creo, por conveniencia o error,
por evitar la duda. Todos los tamaños
de una pregunta terminan
por coincidir en el tono que más tememos.
La distancia talla el espacio
hacia cada lado de lo que fuimos y aún
puedo ver un cuerpo de claridad.
Como el sonido del tren a dieciséis pisos de altura
en la madrugada. Cuando casi dormimos
y confirmamos el amor en su raíz de fe.
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