viernes, 21 de agosto de 2015

MUDANZAS


















Si vieras.
Dos semanas de temporal 
borraron la huella ocre 
de las macetas.

Revuelta en la lavadora, 
ropa blanca y de color.

Una casa reducida a cajas de cartón
la tarde que gira sobre el eje de la lluvia. 
El mentolado falso 
de un Derby suave + una Halls.

Ese color de la plastilina
cuando se mezclan todas las barras.


2.

El mundo da tantas vueltas 
que parece no moverse. 
Pensé decirlo 
pero preferí, de copiloto, 
verte manejar en círculos 
por el estacionamiento.


3

Las hormigas vinieron 
en las cajas de la mudanza. 
El apartamento nuevo 
empieza a parecer una casa. 
De otro, pero una casa.


4

En el departamento nuevo,
el albañil pica la pared buscando
dónde está la fuga de agua.

No es desorden lo que se ve,
es un orden desparejo.

Bolsas plásticas,
cartones con cursiva en pilot
Cocina/libros/baño
Si otro, en este momento, entrara,
no sabría si alguien llega o se va.


5

Envuelto en la nicotina 
de la inmovilidad,
se ablanda el cerebro 
y se endurece el corazón.

Sin camisa me veo más viejo, 
pensé decirlo pero preferí 
recordar la vez que fui tu copiloto
y manejabas en círculos 
por el estacionamiento.


6

Francisca, silenciosa,
se mueve por cada ambiente.
Para allá con la escoba, 
para acá con el balde. 
Dentro de esa boca, 
siempre cerrada, 
brilla un diente de oro.


7.

Una pausa que amenaza 
con convertirse en otra cosa.

La ropa sin tender,
el gusto del falso mentol,
el espacio libre
donde finalmente parqueaste.


8

Rodeando latas de cerveza,
los amigos discutían
cuánto dura la juventud.
Pensaste en voz alta
"qué me importa, si nunca fui joven".

Luego se agitó el borrador de la niebla. 
Luego irrumpieron los grillos.


9

Aquí tendría que ir una frase decisiva
pero se destiñe la camiseta
de la tarde que hablábamos
mientras crecía el pasto
y sin darte cuenta
usabas rnis muletillas
cada seis palabras.

Lo que no se va a secar,
lo que brilla sin elección,
un período equivocado para la mudanza,
el cerebro: masa de plastilina,
el corazón: dos puertas de carro
que sólo saben cerrarse.


10

Debajo de esto hay una canción, 
aunque no se escucha ni se ve.

Las promesas de la casa nueva 
quedaron en la casa vieja.

Del temporal va quedando ese color
de todas las barras de plastilina
que se mezclan se mezclan,
el martilleo que silencia
la tenacidad de una fuga,
esas gotas de lluvia
como las venas de la ventana.
Y el canto de los grillos
crece como otra niebla.

Debajo de esto hay algo mejor.



Luis Chaves




Luis Chaves. Poeta nacido en Costa Rica, en 1969. Ha publicado los poemarios El anónimo (Guayacán, Costa Rica, 1996), Los animales que imaginamos (CONACULTA, México, 1998), Historias Polaroid (Perro Azul, Costa Rica, 2000), Cumbia (Eloísa Cartonera, Argentina, 2003) y Chan Marshall (Visor, España, 2005). Obtuvo el Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz, 1997. Publicó también la Antología de la nueva poesía costarricense (2001). Desde 1998 coedita la revista de poesía joven latinoamericana Los Amigos de lo Ajeno, cuya versión impresa se publica y distribuye en Costa Rica y Argentina. En 2004 ganó el III Premio de Poesía Fray Luis de León en España con el libro Chan Marshall. Reside en Buenos Aires desde octubre de 2003.






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