UN BAMBOLEO FRENÉTICO
Entre la espada y la pared
Entre la espada y la pared
a nadie le gusta situarse;
cuando se está en ese trance
la vida sabe a vinagre;
cuando tocas a una puerta
es la espada quien te abre,
si la palabra socorro profieres
su filo la despedaza,
formando con sus fragmentos
un monstruo incalificable.
Estás vivo y estás muerto,
estás despierto y soñando,
tiras para el lado vivo,
y el lado muerto te arrastra;
miras a tu antagonista
-que es el fiel de tu balanza-,
clamas porque no te pese,
pero él te pone en el plato.
Ya tu corazón es polvo
y tus entrañas espanto,
y mientras el cielo brilla
se oscurece tu retrato.
Después la pared se cierra
como un telón de teatro.
Ya tu acto se acabó.
Me voy a tomar un trago.
1962
Cirugía
plástica
¿Me acompaña, señora?
Es hacia el final del pasillo,
desde aquí se ve la placa:
Salón de Cirugía Plástica.
Me dice que de nuevo
querría ser joven, bella,
seductora,
o parecerlo, que viene a ser lo
mismo.
Me dice que ya no puede más
con las arrugas, las bolsas,
las patas de gallina,
y que en los cuartos del amor,
aun con la luz velada, se ven,
señora, se ven
como un paisaje lunar.
Usted quiere la cirugía
plástica,
tanto la quiere, mi señora,
que ya se ven en sus senos la
turgencia,
y en su piel... ¡oh, la piel,
señora mía!
si de sólo rozarla ya me quemo.
Es tan sólo cuestión de entrar
en el quirófano,
dejar que la cuchilla haga su
obra,
y dos horas después...
¿Después? ¿Después?
Después será la misma, mi
señora,
con un ligero toque de ilusión.
1967
Ediciones Unión, 2011,Gentileza de Fernando Belottini)
Virgilio Piñera (Cuba, Cardenas,
1912- La Habana, 1979)
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