viernes, 5 de agosto de 2022

SIRIA


Desde el Kassium


Miro Damasco desde el Monte Kassium,
las bibliotecas, los mercados, 
la calle de la Sociedad de Poetas.
Veo desde aquí toda Siria,
patria de El Río eterno cuyas aguas
se ofrecieron a Eva.

Y ahora, en nombre
de qué pactos oscuros,
de qué violencia, 
de qué carne de buitres
descienden 
los mercaderes del odio,
los que queman olivos,
los cínicos, 
los que lucran con lo que llaman guerra,
esta falsa, esta inventada guerra,
con los dolores que produce la guerra.

Íbamos al mar. Íbamos al campo.
A Tartus, a Maaloula, a Hasaka.
Éramos libres de profesar cualquier fe
en las iglesias, en las mezquitas, en las sinagogas.
Íbamos a la universidad, a las escuelas.

Y ahora vienen, usan la palabra guerra
pero vienen por nuestras casas, por nuestros hijos,
vienen por nuestras vides, por la tierra.

Ignoran  
con qué honda tinta,
con qué luminosa tinta,
con qué imborrable tinta
escribimos
                                            Libertad.



Samovar


En tu casa Jeannette, en Damasco,
usé por primera vez
un samovar. 
Había uno muy bello
en el comedor de la abuela Naíme,  
sobre el piano. 
Yo lo conocía
por las novelas rusas,
por la misteriosa vibración de su nombre.    

Pero aquello que nombraban
Dostoievski, Tolstói, Chéjov,
no era ruso, 
           provenía de Siria.
Fue a orillas del Éufrates
donde Adán descubrió la frescura del agua, 
seleccionó ramas del árbol de fuego, 
algunas hojas de la planta del té
e inventó el samovar, 
esa tetera del oriente,
ese cofre que guarda
los sonidos del río
de la lluvia
la memoria del sol.

Y en el centro de tu mesa
era
ofrenda silenciosa,
belleza de los días.
La infusión dorada ingresaba
a los cuerpos
            como una tibia bendición.
Así lo recuerdo. Así agradezco
aquella serena plenitud.
 
Fayes ha muerto. 
Siria padece y se desangra.
Nuestro dolor no olvida.
           Pero el samovar,
ante todos los pesares de este mundo,
             promete 
el vapor milagroso de las tazas
la bebida aromática
            la paz.

*En la margen del Éufrates / Adán descubre la frescura del agua. 
J.L.Borges

(De: Siria, Barnacle, 2022,
Envío de Alberto Cisnero)

Susana Cabuchi (Córdoba, Jesús María, 1948-Id.2022)



Pueden LEER la biografía en una entrada anterior de la autora (Nota del administrador)




 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosos poemas,una perdida para la poesia,la desaparición de Susana Cabuchi.,
.inolvidable su poema sobre el samovar