martes, 25 de junio de 2013

Mujer que llora














ella llora con ojos anegados como esos patios
por donde corren las grandes lluvias
o las paredes en que las tormentas resbalan
extendidamente
el ancho de una mano sobre su nivel

sus pestañas son breves aleros
donde el agua se acumula
resbala sobre las mejillas
toma Ja forma de la cara
cubre cada pliegue
baja sobre los labios
entre los labios y el mentón
hasta llegar al encuentro de garganta y nuca

está impregnada entre las ropas
las frentes de otros apoyadas en las suyas
no la calman
una voz cálida la desata
moja con lágrimas plomizas un pañuelo calado
llora ávidamente
estirando sus pelos
enjuta y apagada
con duelo
con lujuria

es que su llanto empieza en los tobillos 
sube por las caderas
trepa
y le toma el pecho
hasta sentirlo fundido en láminas que se esparcen 
como olas que poco a poco se acercan y mueren 
a nuestros pies en la arena de las playas
y la arena las absorbe
hasta que queda fría y húmeda
se puede caminar
y las pisadas no se pierden

ella sigue llorando
va a caballo
va a pie
en la puerta
abriendo la puerta
por las escaleras
cada piso
el primero y el tercero
el segundo y el quinto
al firmar una carta
al bañarse
contra los pianos
junto a los retratos
tapando la voz de quienes le hablan de amor
con los puños en los ojos
con los zapatos plateados
con el otro vestido
en la enorme luz de la noche abierta
en el bosque entre estatuas
en el piso de las estrellas
llora por un modo de ser
una apostura
por un hombre que la mira entre mármoles con su vestido
griego

está apoyada en un ángulo
sus manos corren su frente
su brazo es un giro
su blusa es de satén
está brillante
tiene el corpino mojado
está desnuda
está en el suelo
está vestida
no tiene ropa
tiene la camisa celeste
la espalda angosta
la voz quebrada
del que cruza y se va
del que parte y no vuelve

(de: El día de la vida,
Ed. del Dock, 2012)

Clara Fernández Moreno



Clara Fernández Moreno nació en 1930 en Buenos Aires. Sus padres fueron Dalmira López Osornio y Baldomero Fernández Moreno, poetas. En su juventud, su casa familiar de la calle Chile fue el centro de tertulias literarias y artísticas, como la que dio origen al movimiento Poesía Buenos Aires. Allí se reunió, junto a sus hermanos César y Manrique, con los poetas Raúl Gustavo Aguirre, Nicolás Espiro, Jorge Enrique Móbile, Mario Trejo y Rodolfo Alonso, entre otros. En 1964 se casó en Venezuela con el escritor y publicista argentino Juan Antonio Vasco, con quien tuvo dos hijas. Residió en ese país hasta 1968, fecha en que regresó a la Argentina. Junto a Vasco, compartió también activamente el grupo de poetas surrealistas argentinos. Licenciada en Letras, se desempeñó como periodista y docente. Dictó talleres literarios y actuó como coordinadora del área cultural del Museo Ricardo Rojas, convocando a destacadas personalidades de la literatura. Algunas de sus obras incluyen el ensayo preliminar y selección de poemas de la antología Setenta Balcones y Ninguna Flor, junto a Estela Souza de Turcato, editorial Magisterio del Río de la Plata, 1991. Con la misma autora realizó diversas colecciones sobre la vida de místicos, como Reflexiones de Anthony de Mello, y Adventistas del Séptimo Día, Editorial Lumen, 1992. En colaboración con Marta Giménez Pastor escribió Caja de Sorpresas, libro de lectura para la escuela primaria (Editorial El Ateneo, 1995). Su libro "El día de la vida" obtuvo el Premio Municipal de Poesía Inédita en el bienio 80/81, y fue editado por Arturo Cuadrado en 1984.






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