No es ni debió haber sido nunca terminado aquel momento
en que te vi dormir, apenas inclinado
sobre vos, apenas respirando, los dos
al mismo tiempo, ese mismo tiempo
que no te importaba, ni te importa, todavía, perder,
separados ambos del tumulto
que venía de la otra habitación
donde tu madre gritaba bajo el efecto
del nuevo aniversario de su hermana, y ella,
sí, ella misma, tan igual, iba, de a poco, adquiriendo
el hábito del desamor o la impaciencia
que la hiciera preferir a lo real el recuerdo
de haber sostenido un par de momentos felices
y ser ella misma, nuevamente, al lado mío, libre,
fluida, auténtica, quizá por miedo, o tal vez, pereza de construir
(mientras nos dejaba a ambos encerrados
en aquella reducida reclusión del tiempo)
algo más que ruinas anacrónicas,
previas al esplendor de cualquier civilización.
Conserva, pues, por eso, allí, tu lengua recluida
a su modesto papel que se reduce, por ahora,
a imitar y chupar, sobre todo, y no intentes
indagar con el lenguaje en las razones
que hacen fracasar las tentativas
y reservan la victoria solo al tiempo,
ese devenir del que, en un pacto, nos hemos escapado,
los dos solos, sin la palabra y sin el grito,
con apenas la simple, acompasada, respiración.
Que no te preocupe, entonces, esa forma de cambiar;
nos exceden, como ves, esas razones. No son nuestras,
es la tuya que con fuerza se conserva.
Todas nuestras voluntades han sido sepultadas.
Franco Boczkowski
Franco Boczkowski. Nació en Presidencia Roque Sáenz Pena, departamento Comandante Fernández, provincia del Chaco, en 1983. Actualmente vive en Córdoba, donde trabaja como docente. Publicó: Razones personales, Editorial Nudista, Córdoba, 2013.
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