EL CUERPO
¿Por qué no
es posible el amor?,
me
preguntas.
Somos
viejos, respondo.
Y que pases
tu mano
por mi
pierna,
me da cierta
vergüenza.
Tontería,
dice el amigo
y cediendo
me tiendo a
su lado como cuando era joven
y lo
ignoraba.
Pienso en
todos los viejos
que desde un
banco al sol
miran
transcurrir las muchachas.
En mi padre
y sus esquelas victorianas
a las niñas
de los mandados.
Pienso en mi
madre pulcra
cubriendo
sus desnudos en un último gesto.
Pienso que
los viejos son como todos
y apetecen
sin pausa
si no han
sido saciados.
El cuerpo
gira ante sus ojos
con el gusto
de lo prohibido,
como
siempre.
Se los
instala en la sabiduría
y no la
tienen;
codician como
jóvenes,
tienen
pequeñas ternuras
como mi
amigo,
tienen
lascivas preferencias
que no les
cuentan a los otros,
tienen
derecho al amor
aun a costa
del ridículo.
Y si pasan
tomados de la mano
o se
encierran en su mundo
con las
persianas bajas,
tendríamos
que mirarlos sin asombro
como a
lentos vagabundos
o discretos amantes que renuevan caricias.
(Del libro: Poesías completas,
Ed. del Copista,2009)
Emma Barrandéguy (Argentina; Gualeguay, Entre Ríos, 1914-Id., 2006)
IMAGEN: Tomada de la web. Sin créditos.
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