La sombra del naranjo
Migran raíces
retumba el miedo
se agacha el césped
pasan las ramas
se extiende el cielo
sobre los pies
corazón de niña
guarda la miel
desesperada
quizás mañana
la necesites
para volver.
La niña bajo la cama
Algunas personas la quieren
en abrazos la reciben
le acarician el pelo
perdonan
su bostezar escandaloso
y el mal humor
en cualquier momento del día
los hongos en las tazas de café
la mirada compleja
los cuestionamientos constantes
y la absurda insistencia
sobre el uso de lenguaje.
Algunas personas la quieren
ella no se acostumbra.
Plan
para Agustina
Lejos de ti me sale el pan
puedo medir las cantidades
exactamente,
mezclarlas con ternura
mirar detenidamente el reflejo
de la vida en las burbujas
que hace la levadura.
Después de abandonarla
brevemente en la taza
puedo disfrutar el sonido del agua
cuando cae sobre la harina.
Sentir la masa tibia
sumisa al poder de las manos
y esperar
que el universo
suceda en la masa.
Estar ahí
mientras se expande
y subleva
reiterando su posición de vida.
Airear la masa
separar pequeños pedazos
reunir
amasar
abrir la ventana
respirar
sentir
expandir
cocinar
vivir el pan.
Me sale ¿Ves?
Del Libro: “La niña bajo la cama
y otros lugares”,
(Ed. Barnacle, 2020,
Envío de Verónica Vega)
Laura
Macor
Laura
Macor. Poeta argentina (Córdoba, 1982). Creció en una colonia rural, y
actualmente reside en Río Cuarto. Médica Veterinaria de profesión; Facilitadora
de procesos de aprendizaje por vocación. Coach ontológico, docente,
investigadora y biodanzante. Confía en la vida, lee en voz alta, y a veces escribe.
Publicó: Un mandala (2017) y La niña bajo la cama y otros lugares (2020).
IMAGEN: Sin créditos tomada del blog el poeta ocasional.
1 comentario:
He sentido mis manos hacerse parte de la masa... Me emociona el olor de la levadura. gracias por invitarme a viajar con mis sentidos.
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