Pueda que sea cosa de ir tocando
la musiquilla de las pobres esferas.
Me cae mal esa
Alquimia del Verbo,
poesía, volvamos a la tierra.
Aquí en París se vive de
silencio
lo que tú dices claro es cosa
muerta.
Bien si hablas por hablar, “a lo
divino”,
mal si no pasas todas las
fronteras.
¿Nunca fue la palabra un
instrumento?
Digan, al fin y al cabo, lo que
quieran:
en la profundidad de la
ignorancia
suena una musiquilla verdadera;
sus auditores fueron en Babel
los que escaparon a la confusión
de las lenguas,
gente anodina de los pisos bajos
con un poco de todo en la
cabeza;
y el poeta más loco que sagrado
pero con una locura con su
cuerda
capaz de darle cuerda a la
alegría,
capaz de darle cuerda a la
tristeza.
No se dirige a nadie el corazón
pero la que habla sola es la
cabeza;
no se habla de la vida desde un
púlpito
ni se hace poesía en
bibliotecas.
Después de todo, ¿para qué
leernos?
La musiquilla de las pobres
esferas
suena por donde sopla el viento
amargo
que nos devuelve, poco a poco, a
la tierra,
el mismo que nos puso un día en
pie
pero bien al alcance de la
huesa.
Y en ningún caso en lo alto del
coro,
Bizancio fue: no hay vuelta.
Puede que sea cosa de ir
pensando
en escuchar la musiquilla
eterna.
“Sólo sé que seremos destruidos”,
compilada por José Villa,
Ed. Gog y Magog, 2019)
Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1929-1988)
IMAGEN: Vector geométrico símbolo de la alquimia con el ojo, luna, muestra oculto y místico abstracto del sol. Logo lineal y diseño Ilustración espiritual del cielo esfera y el espacio exterior. Concepto de la magia, la ciencia, la astrología.
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