Descalza.
Cuando el cielo se pinta los labios
de rosa fresco
y la tarde liba trinos
emigrando hacia la noche,
me desnudo.
De vos.
De mí.
De todo.
Liturgia amorosa hecha luna
en la luna del espejo.
En la estación de la piel
el himno del ángel errante
peregrina mi íntima multitud.
La sombra de mi pensamiento
en penumbra se rebela,
grita,
mi nombre cae.
Me desnudo.
Puerta abierta a la morada interior,
rompehielos que abre una brecha
en costra endurecida de prejuicios negros.
Hombros.
Pechos.
El ombligo.
Impúdico goce,
epiloga la última prosa
y flota en el lugar.
Pubis.
Muslos.
Los pies.
Me alzo altiva
frente a mi propio paisaje interior.
Emboscada al paso sigiloso de los días.
Los ojos acarician la lozanía
en su exacta redondez.
Los oídos beben el néctar
de las diosas.
Escucho de las manos
canto de sirena
del yo recién parido.
Me desnudo.
Cuerpo y alma conjugados
en un mismo verso de amor.
Del otro lado de la soledad
celebro la vida
en universo de hoy,
donde la piel
es el único Dios posible.
OTRO
“No escribo poesía”,
dijo.
“No regalo flores”,
dijo.
“Soy de pocas palabras”,
Dijo.
“pero…”
y me miró.
Largo.
Lento.
La miel de sus ojos
recorrió hasta el último
resquicio de mi alma.
“estoy… siempre”,
dijo.
Del otro lado de la mirada
la noche de mis ojos
dibujó una luna para su boca.
Entonces escribí:
“La mirada es
ese primer gesto
para curarse”.
Sandra Gudiño
Sandra Gudiño nació en 1966, en Santa Fé, Argentina. Poeta y narradora oral escénica, Profesora y traductora de francés, idioma que domina a la perfección, incluso oralmente, ya que vivió una larga temporada en París. Publicó "Desnuda" (2014) y "Excepto amarte" (2015). Actualmente está trabajando en un nuevo poemario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario