miércoles, 15 de octubre de 2008

EN LO ALTO DE LA COLINA
















En lo alto de la colina

Algunas tardes a reposar me siento,
Mientras el viento alrededor de las cumbres silba
Y suenan las campanas en la torre,
La contemplación trae la paz a mi corazón
Que unido queda a esa imagen,
Aliviando sus dolores
Más allá de la razón.

¡Paisaje amado! por cuyo centro
Pasa el camino, tan llano,
Y sobre él la pálida luna se eleva
Cuando el viento del anochecer comienza,
Donde más sencilla es la Naturaleza
Y más grandiosas las montañas,
A mi hogar regreso, pleno,
En busca del dorado vino.





Friedrich Hölderlin (Lauffen am Neckar, Alemania, 1770-Tubinga, id., 1843)

(Traducción de Txaro Santoro
y José María Alvarez)



Droben auf des Hügels Gipfel
Siz' ich manchen Nachmittag,
Wenn der Wind umsaust die Wipfel,
Bei des Thurmes Glokenschlag,
Und Betrachtung giebt dem Herzen
Frieden wie das Bild auch ist,
Und Beruhigung den Schmerzen,
Welche reimt Vertand und List.

Holde Landschaft! wo die Strasse
Mitten durch sehr eben geht,
Wo der Mond aufsteigt, der blasse,
Wenn der Abendwind entsteht,
Wo die Natur sehr einfältig.
Wo die Berg' erhaben stehn,
Geh'ich heim zulezt, haushältig.
Dort nach goldnem Wein zu sehn.



IMAGEN: El caminante sobre el mar de nubes, pintura de Caspar David Friedrich.





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