¿NOSOTROS la frescura de las palabras y el
sentido de la sencillez
no perderemos, como el pintor pierde la vista,
el actor la voz y el movimiento,
y una bella mujer su belleza?
Pero no trates de conservar para ti
los dones del cielo:
estamos condenados —y lo sabemos—
a consumirlos, no a amontonarlos.
Ve, solo, y cura a los ciegos,
para que conozcan en la dura hora de la duda,
los ruines discípulos de la burla
y las muchedumbres indiferentes.
Anna Ajmátova (Odessa, Ucrania, 1889 - Domodedobo, Rusia, 1966)
(Versión de José Raúl Arango)
No hay comentarios:
Publicar un comentario