MENDIGA VOZ
Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.
AMANTES
una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío
ANTES
a Eva Durrell
bosque musical
los pájaros dibujaban en mis ojos
pequeñas jaulas
FIESTA
He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.
Y he bebido licores furiosos
para transmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos.
FRAGMENTOS PASA DOMINAR EL SILENCIO
Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras
no guarecen, yo hablo.
Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras
aunque regresarán para sollozar entre flores.
No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados
sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo llanto
florecer mi silencio gris...
COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA
a quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse
LA MASCARA Y EL POEMA
El espléndido palacio de papel de los peregrinajes infantiles.
A la puesta del sol pondrán a la volatinera en una jaula, la llevarán
a un templo ruinoso y la dejarán allí sola.
ALEGRÍA
Algo caía en el silencio. Un sonido de mi cuerpo.
Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
MUERTE POR AGUA
Está parado. Y está parado de modo tan absoluto
y definitivo como si estuviese sentado.
W. GOMBROWICZ
y definitivo como si estuviese sentado.
W. GOMBROWICZ
El camino está nevado, y la sombría dama arrebujada en sus pieles dentro de la carroza se hastía. De repente formula el nombre de alguna muchacha de su séquito. Traen a la nombrada: la condesa la muerde frenética y le clava agujas. Poco después el cortejo abandona en la nieve a una joven herida y continúa viaje. Pero como vuelve a detenerse, la niña herida huye, es perseguida, apresada y reintroducida en la carroza, que prosigue andando aun cuando vuelve a detenerse pues la condesa acaba de pedir agua helada. Ahora la muchacha está desnuda y parada en la nieve. Es de noche. La rodea un círculo de antorchas sostenidas por lacayos impasibles. Vierten el agua sobre su cuerpo y el agua se vuelve hielo. (La condesa contempla desde el interior de la carroza). Hay un leve gesto final de la muchacha por acercarse más a las antorchas, de donde emana el único calor. Le arrojan más agua y ya se queda, para siempre de pie, erguida, muerta.
LA JAULA MORTAL
...des blessures écarlates et noires
éclatent dans les chairs superbes
RIMBAUD
éclatent dans les chairs superbes
RIMBAUD
Tapizada con cuchillos y adornada con filosas puntas de acero, BU tamaño admite un cuerpo humano; se la iza mediante una polea. La ceremonia de la jaula se despliega así:
La sirvienta Dorkó arrastra por los cabellos a una joven desnuda; la encierra en la jaula; alza la jaula. Aparece la "dama de estas ruinas", la sonámbula vestida de blanco. Lenta y silenciosa se sienta en un escabel situado debajo de la jaula.
Rojo atizador en mano, Dorkó azuza a la prisionera quien, al retroceder —y he aquí la gracia de la jaula—, se clava por sí misma los filosos aceros mientras su sangre mana sobre la mujer pálida que la recibe impasible con los ojos puestos en ningún lado, (cuando se repone de su trance se aleja lentamente. Han habido dos metamorfosis: su vestido blanco ahora es rojo y donde hubo una muchacha hay un cadáver.
Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 1939, id, 1972)
La sirvienta Dorkó arrastra por los cabellos a una joven desnuda; la encierra en la jaula; alza la jaula. Aparece la "dama de estas ruinas", la sonámbula vestida de blanco. Lenta y silenciosa se sienta en un escabel situado debajo de la jaula.
Rojo atizador en mano, Dorkó azuza a la prisionera quien, al retroceder —y he aquí la gracia de la jaula—, se clava por sí misma los filosos aceros mientras su sangre mana sobre la mujer pálida que la recibe impasible con los ojos puestos en ningún lado, (cuando se repone de su trance se aleja lentamente. Han habido dos metamorfosis: su vestido blanco ahora es rojo y donde hubo una muchacha hay un cadáver.
Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 1939, id, 1972)
7 comentarios:
Una poetisa que me encanta.
Una poetisa que me encanta.
la quiero mucho a alejandra
Maravillosa.
amante de la síntesis.
MARAVILLOSOS VERSOS. PERO, CÓMO LA COPIAN!!!
Y...la Pizarnik hizo escuela y ni la Orozco pudo zafar de su influencia. Gracias, anónimo.
No es poetisa, es poeta. Y La Orozco no tiene nada de Pizarnik.
Publicar un comentario