lunes, 28 de julio de 2008

UNA VISITA A WEI PA



En la vida es tan raro el reencuentro

de dos viejos amigos
Como la conjunción de las estrellas
matutina y vespertina.
Esta noche, diferente
a todas las noches,
Nos pudimos sentar juntos
bajo la luz de la misma lámpara.
Juventud y vigor
¿cuánto tiempo pueden durar?
Nuestras barbas y cabellos
tienen canas.
Al visitar a los viejos amigos
entre los fantasmas encuentro
la mitad de ellos.
Pero ahora, al verte de nuevo
mi corazón se estremece.
¿Quién podría imaginarse
que pasarían dos décadas
Antes de volver a visitar tu hogar?
La última vez que nos vimos

aún no te habías casado;
¡Hoy, de pronto, veo a tus hijos
delante mío formando fila!
Ceremoniosamente, y dando muestras
de alegría, presentan sus respetos
al viejo amigo de su padre
Y me preguntan de dónde vengo.
Antes de que pudiese contestarles

los chicos traen los manjares
y el vino, poniéndolos delante nuestro.
Los puerros vernales se siegan
durante el rocío del atardecer.
Luego se los guisa frescos
con una pizca de mijo amarillo.
Mi anfitrión me habla de lo difícil
que es celebrar un encuentro
Y me pide disculpas
una y otra vez.
Después de diez copas
aún no estamos ebrios:
Sólo nos volvemos sentimentales
ante nuestros recuerdos.
Mañana las Colinas Occidentales
nos separarán
Y los afanes del mundo
harán que nos olvidemos
el uno del otro.


Tu Fu (China, Duling, 712-Leiyang, 770)


(Traducción de Raúl A.Ruy)





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