No hice un río en la tierra
ni he sudado
al sol lo necesario.
No he cavado, no he roturado, no he plantado
un solo árbol.
No lo he visto crecer desde mi pala,
no lo he visto nacer como hembra joven
llenando de ojos verdes
y húmedos
todo el viento.
No lo puedo mirar
como costilla mía,
mi puño en el hondón
que me deja en el pecho.
No puedo pedir sombra para mí, todavía.
Héctor Viel Temperley (Argentina, Buenos Aires, 1933-1987)
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