No deseo hablar con alguien que ha escrito más libros de los que ha leído.
jueves, 18 de diciembre de 2008
LA MÚSICA ES LA MADRINA DE LA PATRIA
en el zoo de florida
detrás del foso
donde engullen los tigres
vísceras y pulmones de caballos
hay una glorieta
verde y amarilla
despintada por la baba
la gran saliva melódica
de jóse victoriano díaz
vendedor de hot dogs
oscuro apologista del presidente
cuyo dedo señala la ruta de los astronautas
cuya voz podría conservarse en todos los frizzers de la costa este
y aún más hacia el centro y el sur
cuando niño estuve muy enfermo allá en cuba
fiebre fiebre fiebre
mi madre escribió a batista
solicitando sombras de palmeras
para ahuyentar mis temperaturas
al rato
enmedio de un tifón
recibí una guitarra
y esta esquela de don Fulgencio
que era un poeta, un poeta, sí,
jóse victoriano; la música es la madrina de la patria
luego de meditar hondamente acerca de tu enfermedad
y atendiendo al gentil pedido de la madre
en mi carácter de benefactor nacional
te obsequio este instrumento para que cantes y cantes
y tu salud sea buena.
soy lo que soy
dice josé
a quien recuerde oírlo
entre vapores de cebolla a la sombra del álamo
un hombre simple que gasta camisas coloridas
y cuenta pelos en la barba de johnny carson
un hombre que protege lo suyo
viaja a new orleans en invierno
y pulsa su vihuela solo en la noche
o con la vieja que vende globos y lee la furia de los niños
¿ves este embutido?
soy así también
alimento la américa libre
y canto en la glorieta
hazlo todo lo mejor que puedas hombre
olvídate y el establishment te olvidará
aconsejaba el cadete de mi primer hotel en u s a
y fue un duro duro tiempo melancólico
todo ese
en mi cuarto
manoseando postales rosas de la habana
día tras día
hojeando los comics del confort
burbujas general electric del futuro
urgencias de américa
viento de las majorettes
antes del futuro
en camagüey
hubo un día en que atrapamos peces con las manos
y el cielo era clarísimo
como el azúcar baby dool de nuestros hombres
entonces américa necesitaba de nosotros
y bien
yo necesito
la libertad de américa
sé que hablan de mí
en ese islote de cañas venenosas
allí la vida es puro parecido
y el héroe es la Historia
ningún comunista es cubano
para un verdadero cubano
nada hay mejor que estar del otro lado de las jaulas...
cuando niño estuve agónico en santa clara, mi ciudad,
batista
el que perdió la historia
me envió una esquela de su leche y letra
y sané
vendo hots dogs en la florida
y disfruto el olvido
mi música suaviza
el hedor de las fieras.
Alejandro Schmidt (Argentina, Córdoba, Villa María, 1955)
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