El hombre que anoche se durmió
apretando ese cuerpo de mujer contra su cuerpo
ahora no puede resignarse a ese sol impreciso en la ventana,
esa noche que invade el cuarto no logrará confundirlo
ni los ruidos de la calle lo distraen,
sólo las hojas que hacen ruido le traen la certeza:
él aun es el hombre que anoche se durmió
como oyéndolo al viento en las hojas
y ésta es la cama deshecha donde ahora oye las hojas
pero solamente piensa:
la pieza es la misma donde otros tantos durmieron y callaron,
con sólo extender los brazos
todos supieron de noche caminar por este cuarto,
la cama está sin embargo deshecha.
Si ahora no deja la cama es porque tiene los cigarrillos cerca,
si ahora no camina a cerrar la ventana
es porque el hombre que está solo en una cama deshecha
solamente piensa,
siempre será desde anoche que no habla
y está deshecha la cama,
si no deja la cama y no camina es porque así está bien,
si tiene los ojos tan abiertos
es porque las hojas hacen ruido y parece la puerta:
sin esa mujer no pasa nada,
nada que valga la pena contar, cambiar, darse vuelta.
Alberto Szpunberg (Argentina, Buenos Aires, 1940)
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