debes traer
ese jardín de tierra blanda
atravesado por los surcos caprichosos
del agua
ese jardín desordenado
donde conviven las flores vivas
y las flores muertas
me agrada pensar en él
uno se siente polvo
y casi acomodado entre el follaje húmedo
también tus ojos son una tierra para mí
plantas y enredaderas crecen en ellos
María Clara Salas (Caracas, Venezuela, 1947)
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