para nuestro único nombre y para sus dos tablas y para nuestros tres padres y cuatro madres y cinco libros el verbo ser y el verbo estar eran y estaban o son o estarán el mismo verbo, hasta algunos sabios llegaron a afirmar que estaban y eran el verbo único del único nombre, hasta tal punto que cuando éste, bendito sea, independientemente de ser y estar en todo, quiso decir soy el que soy, como la obviedad de decir seré el que seré o estaré donde estaré, vio que todo momento o lugar, aun éste mismo que es imposible, es siempre un recurso: mañana, después, al atardecer, mientras enciendo el fuego con ramas traídas del bosque, cuando vuelvo a recordar la tibieza de su cuerpo contra el mío, todas formas circunstanciales, meros adverbios que intentan en vano definir el único verbo que puede ser y estar al mismo tiempo, y hasta nosotros, apenas humildes sujetos de acciones subordinadas al que siempre será el que será y estará donde estará, hasta nosotros sólo somos complemento, un vano acusativo, objeto, hasta objeto de burla, de odio, de sospecha, y así estamos por un lado, y somos por el otro, y sólo la oración nos da coherencia
Alberto Szpunberg (Argentina, Buenos Aires, 1940)
IMAGEN: Antonio de Nebrija humanista español el escribió la primer Gramática castellana, publicada en 1492.
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