Pensar que no he plantado nunca un árbol,
que no he tenido nunca un hijo.
Hasta ese punto me parezco al mar,
estéril, solitario.
Ni un ciprés encrespado,
ni un sauce húmedo y lento, ni un euforbio
ramificado en delta, ni un ciruelo
ni un duraznero ni un manzano
hice crecer jamás, ni un gajo
rosa o candido en marzo, ni siquiera
un cachorro de hombre.
Como la ola golpea la orilla,
sin fecundarla, sin dejarle
más que algas y resecas raíces,
así —¿no dices?-— yo golpeo
la vida.
Pero la he amado,
tierra, yo te he amado.
Giuseppe Conte (Italia, Genova, Imperia, 1945)
(Traducción de Pablo Anadón)
LE STAGIONI DELLA TERRA (II)
Ci pensi, non ho mai piantato un albero,
non ho mai avuto un figlio.
Tanto assomiglio al mare,
solitario, sterile.
Né un crespo cipresso, né un salice
umido e lento, né un'euforbia
difamata a delta, né un pesco
né un susino né un meló
ho mai falto crescere, né un ramo
rosa o candido a marzo, né un piccolo
di uomo.
Come l'onda percuote la riva
senza fecondarla, senza lasciarvi
altro che alghe e consunte radici
così —non lo dici?— io percuoto
la vita.
Eppure l'ho amata, la
terra, ti ho amata.
Giuseppe Conte nació en Italia en 1945. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía: El último abril blanco, El océano y el muchacho (1979), La estación, -Premio Montale- (1988), Diario del poeta y del mensajero (1992), Cantos de oriente y occidente (1997). Libros de novela: Primavera incendiada (1980), Equinoccio de otoño (1987), Los días de la nube (1990); Fieles de amor (1993); El imperio y el encanto (1995) y El muchacho que habla con el sol (1997). Ha editado dos antologías: La metáfora (1981) y La lírica de occidente (1990), un grueso volumen de textos que abarcan desde los himnos homéricos hasta autores contemporáneos. Toda su obra hasta 1978 (poesía, ensayos y otros textos) se reunió en la antología La palabra enamorada, que le valió su inclusión como uno de los principales protagonistas de la renovación poética de su país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario