Yo quería quedarme como estaba
quieta, a diferencia del mundo,
no en medio del verano sino en la fase previa
al brote de la primera flor, el momento
en que nada es pasado aún —
no en medio del verano, intoxicante,
sino a fines de la primavera, cuando el césped no es alto todavía
al borde del jardín, cuando los tulipanes precoces
empiezan a brotar —
como un niño que ronda un umbral, observando a los demás,
los que entran primero,
tensa fusión de brazos, atento a los
fracasos ajenos, las vacilaciones ajenas
con la brutal confianza infantil de un inminente poder
preparándose para vencer
esas flaquezas, para sucumbir
a la nada, el tiempo directamente
previo a la floración, la época de la maestría
antes de la aparición del don,
antes de la posesión.
Louise Glück (E.E.U.U., Nueva York, 1943)
(Traducción de María Negroni)
THE DOORWAYI wanted to stay as I was
still as the world is never still,
not in midsummer bur tlie moment before
the first flower forms, the moment
nothing is as yet past —
not midsummer, the intoxicant,
but late spring, the grass not yet
high at the edge of the garden, the early tulips
beginning to open —
like a child hovering in a doorway, watching the others,
the ones who go first,
a tense cluster of limbs, alert to
the failures of others, the public falterings
with a child's fierce confidence of imminent power
preparing to defeat
these weaknesses, to succumb
to nothing, the time directly
prior to flowering, the epoch of mastery
before the appearance of the gift,
before possession.
IMAGEN: Tulipanes brotando.
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