Hacia la mañana, mientras caminábamos bordeando el río, tú lanzabas objetos simples al aire que permanecía indiferente a nuestro alrededor, aunque se movió un poco, y volvió a moverse cuando pusiste de nuevo la mano en el bolsillo para probar el grado de dureza. Nada más cambió. Esta es la razón, dijiste, por la cual, la ficción no existe.
Rosmarie Waldrop (Alemania, 1935; vive en E.E.U.U., desde 1958)
(Traducción de María Negroni)
Toward morning, walking along the river, yon tossed simple objects into the air which was indifferent around us, though it moved off a little, and again as you put your hand back in your pocket to test the degree of hardness. Everything else remained the same. This is why, you said, there was no fiction.
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