domingo, 23 de noviembre de 2008

HUMPTY DUMPTY




- Cuando yo uso una palabra -dijo Humpty Dumpty, en tono algo despectivo-, esa palabra significa exactamente lo que yo decidí que signifique...Ni más ni menos.
—El asunto es —dijo Alicia—, si usted puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas distintas.
—El asunto es —replicó Humpty Dumpty— quién es el maestro aquí. Eso es todo. Alicia estaba demasiado perpleja para decir nada. De manera que, pasado un minuto, Humpty Dumpty empezó de nuevo:
—Algunas palabras tienen carácter... especialmente los verbos: son los más engreídos... Puedes hacer cualquier cosa con los adjetivos, pero no con los verbos... ¡Sin embargo, yo puedo manejarlas a todas! ¡Impenetrabilidad! ¡Eso es lo que yo digo!
—¿Quiere decirme, por favor, qué significa eso?
—Ahora hablas como una niña razonable —dijo Humpty Dumpty, mostrándose muy satisfecho—. Con "impenetrabilidad" quiero decir que ya hemos tenido bastante de ese tema, y que sería tiempo de que digas qué quieres hacer a continuación porque supongo que no quieres quedarte aquí el resto de tu vida.
— Es mucho significado para una sola palabra —dijo Alicia con aire pensativo.
—Cuando le hago hacer a una palabra un trabajo como ése —dijo Humpty Dumpty—, siempre le pago extra.
—¡Oh! —exclamó Alicia. Estaba demasiado desconcertada para hacer cualquier otra observación.
—¡Ah, debieras verlas alrededor mío un sábado a la noche! —continuó Humpty Dumpty, balanceando gravemente la cabeza de un lado a otro—. Para cobrar el salario, sabes.
(Alicia no se atrevió a preguntar con qué les pagaba; de manera que yo no puedo decírselo a ustedes.
—Usted parece muy hábil para explicar palabras, señor —dijo Alicia—. ¿Sería tan amable de explicarme el significado del poema llamado "Jabberwocky"?
—Escuchémoslo —respondió Humpty Dumpty—. Puedo explicar todos los poemas que se hayan inventado... y muchos que no han sido inventados todavía.
Esto sonaba muy prometedor, de modo que Alicia recitó la primera estrofa:

Calentureaba, y las viscotivas tovas
vuelteaban y tregujereaban el terecho.
Misébiles estaban los borogovas
y los deros trugones bramastoilbaban.

— Es suficiente para empezar —interrumpió Humpty Dumpty—. Está lleno de palabras difíciles. "Calentoreaba" significa que eran las cuatro de la tarde, cuando empiezas a calentar las cosas para la comida.
—Eso está muy bien —dijo Alicia—. ¿Y "viscotivas"?
—Bueno, "viscotiva" quiere decir "viscosa y activa". Como ves, se trata de un portemanteau... Hay dos significados empacados en una palabra.
—Ahora entiendo —observó Alicia, pensativa—. ¿Y qué son "tovas"?
—Bueno, las "tovas" son algo así como tejones... algo así como lagartos... y algo así como sacacorchos.
—Deben ser seres de aspecto muy extraño.
—Eso son —dijo Humpty Dumpty—, Hacen sus nidos bajo los relojes de sol y se alimentan de queso.
—¿Y qué es "vueltear" y "tregujerear"?
— "Vueltear" es dar vueltas y vueltas como un giroscopio. "Tregujerear" es hacer agujeros como un trépano.
—¿Y el "terecho" es el prado alrededor del reloj de sol, supongo? —preguntó Alicia, sorprendida por su propia ingenuidad.
—Por supuesto que lo es. Se lo llama "terecho", como sabes, porque se extiende un largo trecho hacia delante del reloj, un largo trecho hacia atrás...
—Y un largo trecho a cada lado —completó Alicia.
—Exactamente. "Misébil" es "miserable y débil" (aquí tienes otro portemanteau), Y el "borogova" es un pájaro flaco, de aspecto zaparrastroso, con las plumas clavadas alrededor ... algo así como un estropajo viviente.
—¿Y entonces "deros trugones"? —preguntó Alicia—. Temo que le estoy ocasionando una gran molestia.
—Bueno, un "trugón" es una especie de cerdo verde. Pero acerca de "deros" no estoy seguro. Creo que es una abreviatura de "sendero"... que significa que extraviaron el camino.
—¿Y qué quiere decir "bramastoilbaban"?
—Bueno, "bramastoilbar" es algo entre bramar y silbar, con una especie de estornudo en el medio. De cualquier modo, tal vez lo escuches... allá abajo, en el bosque... y cuando lo hayas escuchado una vez, estarás completamente satisfecha. ¿Quién te ha estado repitiendo toda esa jerigonza?
—La leí en un libro —dijo Alicia—. Pero me han recitado una poesía mucho más fácil que ésa, de... Tweedledee, creo que era.
—En lo que se refiere a poesía, lo sabes —dijo Humpty Dumpty, extendiendo una de sus grandes manos—, yo soy capaz de recitar poesía tan bien como cualquier otro, si a eso vamos ...
—¡Oh, no hace falta que vayamos a eso! —se apuró Alicia, esperando impedirle empezar.
—El fragmento que voy a recitar —continuó él, sin tener en cuenta la observación de Alicia— fue escrito enteramente para divertirte.
Alicia sintió que, en tal caso, debía escucharlo. Así que se sentó y dijo "Gracias" algo tristemente.

En invierno, cuando los campos están blancos,
yo canto esta canción para divertirte...

—Sólo que no la canto —agregó Humpty Dumpty, a modo de explicación.
—Ya veo que no la canta —dijo Alicia.
—Si puedes ver si estoy o no cantando, tienes ojos más penetrantes que la mayoría —observó con severidad Humpty Dumpty. Alicia quedó en silencio.

En primavera, cuando los bosques se estén volviendo verdes,
trataré de decirte lo que quiero decir.

—Muchas gracias —dijo Alicia.

En verano, cuando los días sean largos,
tal vez comprenderás la canción:

En otoño, cuando las hojas estén marrones,
toma pluma y tinta, y anótala.

—Lo haré, si puedo recordarla tanto tiempo —dijo Alicia.
—No necesitas hacer observaciones de esa naturaleza —dijo Humpty Dumpty—. No son sensatas y me sacan de mis casillas.

Envié un mensaje a los peces:
Les dije: "Esto es lo que quiero".

Los pececillos del mar
me enviaron una respuesta.

La respuesta de los pececillos fue:
"No podemos hacerlo, señor, porque ...

—Temo que no entiendo del todo —dijo Alicia. —Se hace más fácil a continuación —replicó Humpty Dumpty.

Otra vez les mandé decir:
"Será mejor obedecer".

Los peces contestaron, con una sonrisa:
"¡Eh, de qué humor anda usted!"

Lo dije una vez, lo dije dos veces:
no quisieron escuchar advertencias.

Tomé una tetera grande y nueva,
muy adecuada para mi proeza.

Mi corazón brincaba, mi corazón latía:
llené la tetera con la bomba.

Entonces alguien vino y me dijo:
"Los pececillos están en cama".

Yo le dije, se lo dije escuetamente:
"Entonces usted debe despertarlos nuevamente".

Lo dije con voz muy fuerte y clara:
fui y se lo grité al oido.

Humpty Dumpty elevó su voz hasta gritar mientras recitaba este verso, y Alicia pensó, estremeciéndose: "No querría haber sido el mensajero por nada"

Pero era muy obstinado y orgulloso;
me dijo: "¡No hace falta que grite tan fuerte!"

Y era muy orgulloso y obstinado.
Dijo: "Voy a ir a despertarlos, si.. "

Tomé un sacacorchos de la alacena:
fui a despertarlos yo mismo.

Y cuando encontré que la puerta estaba cerrada,
tiré y empujé y pateé y golpeé.

y cuando encontré que la puerta estaba cerrada,
traté de girar el picaporte, pero ...

Hubo una larga pausa.
—¿Eso es todo? —preguntó tímidamente Alicia.
—Eso es todo —dijo Humpty Dumpty—. Adiós.
Esto era un poco brusco, pensó Alicia. Pero después de tan enérgica insinuación, le pareció que no sería nada cortés quedarse. De modo que se levantó y le tendió la mano.
—¡Adiós, hasta que nos veamos otra vez! —le dijo tan jovialmente como pudo.
—Si nos volviéramos a ver no te reconocería —replicó con aire disgustado Humpty Dumpty—. Eres muy parecida al resto de la gente.
—Generalmente uno se guía por el rostro —dijo Alicia.
—Precisamente de eso me quejo —dijo Humpty Dumpty—. Tu rostro es como el de todo el mundo... los dos ojos, así.. —y señaló sus lugares en el aire con su pulgar—. La nariz en el medio, la boca abajo. Es siempre lo mismo. Si tuvieras los dos ojos del mismo lado de la nariz, por ejemplo ... o la boca en la coronilla... eso ayudaría un poco.
—No quedaría lindo —objetó Alicia. Pero Humpty Dumpty sólo cerró los ojos y dijo:
—Espera hasta que lo hayas probado.
Alicia aguardó un minuto para ver si él hablaba nuevamente, pero, como no abrió los ojos ni le volvió a prestar la menor atención, dijo una vez más:
—¡Adiós! —y al no obtener respuesta, se fue tranquilamente, aunque no pudo evitar decirse, mientras andaba:
—De toda la gente insatisfactoria... —(lo repitió en voz alta, porque era un gran consuelo tener una palabra tan larga para decir)—. De toda la gente insatisfactoria que yo haya encontrado nunca...
Nunca terminó la frase, porque en ese instante un fuerte estrépito sacudió el bosque de punta a punta.




Lewis Caroll (Daresbury, Reino Unido, 1832-Guildford, id., 1898)

Fragmento del Capítulo VI,
Humpty Dumpty, de
Alicia a través del espejo

(Traducción de Eduardo Stilman)



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